LONDRES.- La presidenta de la Comisión Europea (CE), Ursula von der Leyen,
advirtió este miércoles a Londres de que es "imposible" lograr un
acuerdo comercial completo antes de que termine este año, el plazo
establecido para negociar la futura relación entre el Reino Unido y la
Unión Europea (UE).
Von der Leyen mantuvo en la capital británica su primer encuentro
cara a cara con el jefe del Gobierno del Reino Unido, Boris Johnson, en
el que ambos tantearon el terreno en vistas a la negociación comercial
que se abrirá en las próximas semanas.
La legislación comunitaria determina que el diálogo formal solo puede
comenzar una vez el Reino Unido haya abandonado la Unión Europea (UE),
lo que se producirá el próximo 31 de enero, si, como se espera, el
Parlamento británico ratifica a tiempo el acuerdo de salida.
Tanto Johnson como Von der Leyen aprovecharon la visita de la
política alemana para poner sobre la mesa sus posiciones de partida en
la negociación, que se prevé compleja y cuyo resultado debe quedar
aprobado antes de diciembre, si no se solicita una extensión.
Dado que el primer ministro británico insiste en que no tiene
intención de pedir esa prórroga, Von der Leyen subrayó que en ese caso
deberán establecerse prioridades en la negociación: “Es básicamente
imposible negociarlo todo”, esgrimió.
El diálogo no será un escenario de “todo o nada”, sostuvo la
presidenta de la CE, que aseguró que trabajará día y noche para lograr
“un nuevo tratado verdaderamente amplio y ambicioso”.
“Estamos preparados para diseñar un nuevo acuerdo con cero tarifas,
cero cuotas, y cero ‘dumping’ (competencia desleal)”, una relación
bilateral que vaya “mucho más allá del comercio y tenga un alcance sin
precedentes”, declaró Von der Leyen en una intervención en la London
School of Economics (LSE).
Tras la reunión en Downing Street, despacho oficial de Johnson, un
portavoz del primer ministro aseguró que éste “ha dejado claro” que el
periodo de transición en el que el Reino Unido continuará integrado en
las estructuras comunitarias concluirá en diciembre de este año y que no
tiene intención de pedir una extensión.
Ese plazo marca en la práctica el límite de tiempo para firmar un
nuevo tratado bilateral que evite un escenario similar al de un Brexit
sin acuerdo.
El jefe de Gobierno trasladó asimismo a Von der Leyen que Londres
quiere negociar un tratado de libre comercio (TLC) y no un acuerdo que
deje al Reino Unido alineado con todas las normativas de la Unión
Europea.
Al encuentro en Downing Street asistieron asimismo el ministro
británico para el Brexit, Stephen Barclay, y el negociador jefe de la
UE, Michel Barnier, que liderarán los equipos de Londres y Bruselas una
vez se ponga en marcha oficialmente la mesa de diálogo.
Barnier comentó en las redes sociales que la reunión sirvió para estudiar el calendario del “año que se presenta”.
“Hay poco tiempo y un nuevo reloj está corriendo”, señaló el
negociador europeo, que subrayó que el principal foco de atención de
Bruselas es todavía “implementar el acuerdo de salida”, además de
“preparar las negociaciones” que se llevarán a cabo a partir de febrero.
La UE espera llegar a un tratado lo más amplio posible, pero en
ningún caso se logrará una relación “tan estrecha como la actual”,
advirtió.
La Cámara de los Comunes continuó tramitando hoy la legislación que
ratificará los términos de salida de la Unión Europea, a la que ya
otorgó su visto bueno preliminar antes de las Navidades y que se prevé
que pase a la Cámara de los Lores en los próximos días.
La mayoría absoluta que logró Johnson en las urnas hace pocas semanas
le permitirá previsiblemente superar todos los trámites sin
complicaciones, a tiempo para materializar el Brexit el próximo día 31.
“Vamos a recuperar el control y la soberanía, y actuaremos como
nación independiente en cuanto a las normas de la Organización Mundial
de Comercio”, sostuvo en el Parlamento el secretario de Estado para el
Brexit, James Duddridge.
El Reino Unido elegirá tras la ruptura con la UE sus “propios foros
internacionales” y no participará “solo en los foros de la Unión”, y
tendrá una mirada “global, no solo europea”, agregó.
El diputado laborista Geraint Davies exigió por su parte al Gobierno
que acuerde con Bruselas “un nivel de equivalencia (regulatoria) que
permita sostener un nivel razonable de comercio” con el bloque
comunitario.
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