LONDRES.- Bancos, aseguradoras y
fondos de pensiones presentes en Davos siguen financiando masivamente
las energías fósiles que contribuyen ampliamente al cambio climático, lo
que aumenta el riesgo de una nueva crisis financiera mundial, denunció
el martes Greenpeace.
El Foro Económico Mundial, que se abre este
martes, busca borrar su imagen de "club de ricos" invitando a activistas
como la joven sueca Greta Thunberg, dijo la ONG al publicar su informe,
que detalla este tipo de inversiones desde el Acuerdo de París de 2015
contra el calentamiento global.
Según Greenpeace, 10 bancos generalmente presentes en
Davos financiaron entre 2015 y 2018 el sector de energías fósiles
-carbón y petróleo sobre todo - con un billón de dólares: JP Morgan
Chase, Citi, Bank of America, RBC Royal Bank, Barclays, Mitsubishi UFG,
TD Bank, Scotiabank, Mizuho y Morgan Stanley.
Esta suma equivale
grosso modo a la capitalización bursátil de un gigante como Apple o al
riesgo financiero vinculado con los impactos climáticos que pesan sobre
215 de las mayores empresas mundiales en el próximo lustro, según el
informe, basado en documentos públicos.
Además, tres fondos de
pensiones presentes en Davos el año pasado -el de los docentes de la
provincia canadiense de Ontario, el Canada Pension Plan Investment Board
y el PensionDanmark- poseen 26.000 millones de dólares en compañías
petroleras como Shell, Chevron y Exxon y en bancos que financian la
explotación de energías fósiles.
En el informe titulado "Es el
sector financiero, estúpido", (que parafrasea el eslogan "¡La economía,
estúpido!" considerado clave en la victoria de Bill Clinton en las
presidenciales de 1992) Greenpeace denuncia además el apoyo de las
grandes aseguradoras a proyectos de energías fósiles, que no podrían
llevarse a cabo sin su garantía, como AIG, Prudential, Sompo, Tokio
Marine y Lloyds.
Según Greenpeace, estas empresas se comportan de
la misma manera que antes de la crisis de 2007/2008 vinculada sobre
todo a las hipotecas subprimes, cuando "los actores financieros
buscadores de beneficios a corto plazo (...) ignoraron los riesgos".
Estos
actores son "unos hipócritas, porque afirman que quieren salvar el
planeta a la vez que lo destruyen por un beneficio a corto plazo",
denunció la directora de Greenpeace, Jennifer Morgan, instando a los
"entes reguladores a hacer su trabajo antes de que sea demasiado tarde".
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