BASILEA.- El
Banco de Pagos Internacionales (BPI) observa que "la relajación de las
tensiones comerciales a mediados de octubre alentó una fase de mayor
asunción de riesgo en los mercados financieros internacionales".
En
su último informe trimestral de diciembre, publicado este domingo, el
BPI dice que "las cotizaciones bursátiles tendieron al alza, marcando en
noviembre nuevos máximos en Estados Unidos".
Al
mismo tiempo, los diferenciales crediticios se estrecharon y los
rendimientos de los bonos soberanos considerados seguros repuntaron
levemente.
Pese
a ello, las perspectivas económicas continuaron deslucidas y la
inflación deprimida, por lo que los bancos centrales flexibilizaron más
su política monetaria.
Los tipos de interés bajaron en EEUU, la zona del euro, Brasil, China, Indonesia y México.
El
BPI analiza en el informe qué ocurrió en los mercados financieros el 11
de octubre después de que desapareciera la preocupación por un "brexit"
sin acuerdo, tras una reunión de los primeros ministros británicos e
irlandés, y del anuncio de un acuerdo inicial entre EEUU y China.
Estos
anuncios marcaron un punto de inflexión para los precios de los
activos, según el BPI, que asiste a los bancos centrales de todo el
mundo.
La
renta variable subió en todo el mundo excepto en China, que bajó en
octubre y noviembre. En EEUU y Francia los precios de las acciones han
alcanzado niveles históricamente elevados.
En
la medida en que bajó la demanda por activos seguros, se depreció el
dólar, especialmente frente a divisas de economías emergentes.
Otras
divisas que se consideran tradicionalmente activos seguros en momentos
de incertidumbre, como el yen y el franco suizo, se mantuvieron o se
depreciaron frente al dólar.
Otro
signo de que había aumentado el apetito por el riesgo fue que las
divisas de economías emergentes de riesgo también se apreciaron frente
al billete verde.
El
BPI, cuya sede está en la ciudad suiza de Basilea, cuestiona "la
sostenibilidad de los niveles de valoración de los activos" por la
renovada propensión a asumir riesgo, unida a unas condiciones de
financiación laxas.
Los
bonos corporativos son muy caros, teniendo en cuenta que las
perspectivas económicas son débiles y los valores de las acciones en
EEUU son altos en comparación con las medias históricas.
"La
compensación exigida por los inversionistas por asumir riesgo parece
estar recayendo en las primas por plazo: en la medida en que son
inusualmente bajas, las valoraciones se ven realzadas", según el BPI.
El
jefe del departamento Monetario y Económico del BPI Claudio Borio,
observó al presentar el informe "niveles relativamente exigentes de
valoración de activos, elevada asunción de riesgo y cambios en el
sistema financiero de difícil interpretación".
"La
combinación apunta a ciertas vulnerabilidades en los mercados
financieros que merecen la atenta consideración de los participantes en
el mercado no menos que de los bancos centrales", dijo Borio.
A
comienzos de 2019 comenzó a abrirse una brecha entre el elevado valor
de los bonos corporativos con grado de inversión de EEUU y la zona del
euro.
Esta desconexión fue menos pronunciada en los bonos corporativos de economías emergentes.
Otra señal del fuerte apetito por el riesgo es que la demanda de los inversores de bonos de alto riesgo sigue siendo elevada.
El
mercado de EEUU para bonos de alta rentabilidad vio emisiones por valor
de 34.000 millones de dólares (unos 30.910 millones de euros) en
septiembre, cantidad que supera todos los totales mensuales desde enero
de 2018 y la media mensual de 23.000 millones de dólares entre 2010 y
2017 (unos 20.910 millones de euros).
En
octubre, los fondos de inversión en bonos que se centran en países
clasificados como mercados en los confines vieron la segunda entrada de
fondos más elevada interanual.
Los
activos totales gestionados por esos fondos subieron de 3.700 millones
de dólares (3.364 millones de euros) en noviembre de 2018, hasta 5.400
millones de dólares el pasado octubre (4.910 millones de euros).
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