SÍDNEY.- Los bomberos que luchan contra los incendios forestales en Australia
aprovecharon el tiempo más fresco del domingo para acceder a ciudades
gravemente quemadas y contener las llamas antes del regreso de las
condiciones más calurosas que se esperan al final de la semana.
Este
alivio llegó al mismo tiempo que el primer ministro Scott Morrison
defendió tanto las políticas de su gobierno sobre el cambio climático
como su decisión de irse de vacaciones a Hawai la semana pasada.
La
dirigente de Nueva Gales del Sur, Gladys Berejiklian, dijo que las
“catastróficas” condiciones de los incendios del sábado en partes del
estado natal del primer ministro habían destruido algunas comunidades.
“Tenemos la devastadora noticia de que no queda mucho en la ciudad de Balmoral”, dijo Berejiklian a los periodistas.
Balmoral
está a unos 120 kilómetros al suroeste de Sídney y tiene una población
de unos 400 habitantes. No se informó de ninguna muerte.
Morrison
visitó la sede del Servicio de Bomberos Rurales (RFS por sus siglas en
inglés) en Sídney después de regresar el sábado por la noche de unas
vacaciones que suscitaron duras críticas a medida que se agudizaba la
crisis de los incendios forestales.
Tras la muerte de dos bomberos el jueves por la noche, Morrison
anunció que volvería a casa de forma anticipada, y el domingo reconoció
que sus vacaciones habían causado ansiedad.
“Entiendo que la
gente se hubiera molestado al saber que yo estaba de vacaciones con mi
familia mientras sus familias estaban bajo mucho estrés”, dijo Morrison.
Cerca de 100 incendios seguían ardiendo en toda Nueva Gales del
Sur al final de la tarde del domingo, aunque ninguno fue calificado como
emergencia.
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