SANTIAGO.- Manifestantes bloquearon vías y marcharon por las calles de Santiago y
otras ciudades del país en una nueva jornada de protestas a la que se
sumó una paralización de empleados públicos, estudiantes y otras
organizaciones, en demanda de cambios profundos al modelo económico y
político.
Las tres semanas de movilizaciones han dejado más de 20
muertos y miles de detenidos en Chile, además de cuantiosos daños que
ya empieza a resentir la economía del mayor productor mundial de cobre.
Pese
a que el Gobierno ha hecho algunos guiños con ajuste de ministros,
medidas paliativas y la promesa de avanzar en un cambio constitucional,
los manifestantes no parecen satisfechos y demandan reformas
estructurales.
“La verdad es que claro, el presidente hizo un
mini cambio, pero es mucho el abuso que hay y no basta. Este movimiento
no es de izquierda o derecha, va más allá”, dijo Valentina Donoso, una
estudiante de 21 años que vende pan en el centro de Santiago.
Trabajadores
del sector público, estudiantes y otras organizaciones gremiales
lideraron una huelga general el martes, aunque garantizaron que no se
afectarían sectores como la producción y suministro de combustible.
“Creemos
que el paro no es el camino (...) Si nos quedamos en las posiciones
extremas de cada lado no va a haber cambios, se va a mantener todo
igual”, dijo la portavoz del gobierno, Karla Rubilar, al llamar a un
diálogo.
Por su parte, el subsecretario de Interior, Rodrigo
Ubilla, reconoció algunos impactos en los servicios públicos por el
llamado a huelga y afirmó que las marchas convocadas fueron mayormente
pacíficas aunque con algunos choques con las fuerzas de seguridad.
Minutos
antes de esas declaraciones, la policía disolvió con agua y gases
lacrimógenos una multitudinaria marcha que transitaba frente al palacio
de gobierno de La Moneda, en el centro de la ciudad.
En dos autopistas que comunican la capital con importantes puertos, barricadas incendiadas flameaban desde primeras horas.
Manifestantes
se reunieron en la Plaza Italia, bastión principal de las
movilizaciones en Santiago, mientras otros grupos de personas se
congregaban e instalaban barricadas en diversos puntos de la ciudad y en
otras partes del país.
A medida que transcurrieron las horas,
algunas manifestaciones derivaron en violentos choques con la policía y
destrozos e incendios en diversos puntos de la ciudad.
En una
declaración a medios durante la noche, el presidente Sebastián Piñera
llamó a todos los actores nacionales a sumarse a acuerdos contra la
violencia, por la justicia y para impulsar una nueva Constitución.
Además
informó que su Gobierno pedirá que se juzgue por la ley de seguridad de
Estado a quienes “han incitado, promovido, fomentado o participado en
la comisión de los graves delitos que hemos conocido durante esta
jornada”.
Al culminar las palabras de Piñera, se registraron cacerolazos de protestas en distintos puntos de Santiago.
En tanto, la mayoría de las mineras de cobre mantenían sus
operaciones pese a algunos retrasos en turnos debido a bloqueos de
caminos..
Las manifestaciones se iniciaron por un alza en el
precio del transporte, pero se ampliaron a demandas de más equidad en
salud, educación, pensiones -entre otros- en una de las economías más
estables de América Latina, pero que ostenta altos índices de
desigualdad.
El Gobierno chileno mostró preocupación por un
desplome de la moneda local el martes a un mínimo histórico en medio de
las protestas y el anuncio de un cambio constitucional, aunque el jefe
del Banco Central afirmó que la situación fiscal del mayor productor
mundial de cobre se mantiene “sólida”.
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