NUEVA YORK.- La Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, ha afirmado que, a
ojos de la organización internacional, el “presidente electo” de
Venezuela sigue siendo Nicolás Maduro y ha abogado por el diálogo para resolver la crisis política que atraviesa el país sudamericano.
Bachelet ha afirmado en una entrevista con la cadena TVN que, como Alta Comisionada, no puede emitir una “opinión personal” sobre lo que está ocurriendo en Venezuela, de tal forma que, por ejemplo, prefiere no “calificar” al Gobierno de Maduro ni valorar si representa o no una dictadura.
La expresidenta chilena se ha limitado a admitir que no hay una
“plena democracia” en Venezuela, si bien como jefa de Derechos Humanos
de la ONU se ha limitado a las conclusiones elaboradas por su equipo a
partir de una serie de investigaciones y que dan cuenta de los abusos de
derechos y libertades que se estarían cometiendo.
Bachelet, partidaria de “mantener la relación” con el Estado venezolano, ha asegurado que, de
acuerdo a la doctrina de la ONU, Maduro es el “presidente electo” y el
opositor Juan Guaidó el presidente de la Asamblea Nacional, a
pesar de que más de medio centenar de países –entre ellos España– han
reconocido a este último como el mandatario legítimo tras los comicios
de 2018.
“La única instancia que puede definir un cambio de situación es la
Asamblea General”, ha añadido, en alusión a un hipotético reconocimiento
que solo se ha dado en otras dos ocasiones a lo largo de la historia. Naciones Unidas, ha apuntado Bachelet, “tiene ciertas reglas”.
El actual presidente chileno, Sebastián Piñera, se ha referido a
estas declaraciones a su llegada a Nueva York para asistir a la Asamblea
General de la ONU y ha asegurado que “la posición del gobierno de Chile
es que Juan Guaidó es el presidente legítimo de Venezuela”, según
medios locales.
Sobre las críticas desatadas en Venezuela a raíz de los informes
críticos de su oficina, Bachelet ha negado que le suponga una sorpresa,
en la medida en que “pasa con cualquier país del mundo”. “Cada vez que sacamos un informe no le gusta a los gobiernos”, ha esgrimido, especialmente cuando se habla de que “las cosas no son perfectas”.
No obstante, sí que ha evitado que se pueda calificar de parciales
sus investigaciones. “Si ustedes quieren que (nuestros informes) no sean
sesgados, déjennos entrar. Así tendremos la oportunidad de hablar con
todas las partes”, ha agregado.
Bachelet ha salido al paso de las acusaciones de la oposición, que le
recriminaba un supuesto retraso en el envío de una misión a Venezuela, y
de quienes consideran que no ha hecho nada para cambiar las cosas:
“¿Ustedes creen que soy la Virgen María? ¿Que voy a hacer un milagro?”.
“Alguna gente esperaba de mí cosas que no correspondían a mi cargo”,
ha subrayado, si bien sí que ha señalado que hay quien sí consideró un
“milagro” que, coincidiendo con su visita, se interrumpiesen los cortes
de luz en Caracas.
Bachelet también se ha pronunciado sobre el Tratado Interamericano de
Asistencia Recíproca (TIAR) para advertir de forma velada en contra de
su utilización, ya que considera que la única vía para solucionar la
crisis venezolana pasa por el diálogo entre los principales actores
políticos.
En este sentido, “espera” que no haya una intervención militar.
“Si uno considerara que un país no es democrático, no es por las vías
no democráticas como tiene que resolverlas”, ha avisado Bachelet.
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