DETROIT.- Los 48.000 empleados de
General Motors fueron convocados a una huelga en Estados Unidos, a
partir de la medianoche del domingo, para influnciar en las actuales
negociaciones sobre un nuevo convenio colectivo, indicó el poderoso
sindicato United Auto Workers (UAW).
"Los responsables sindicales
de todo el país se reunieron en la mañana del domingo tras la
expiración el sábado por la noche del convenio colectivo de General
Motors vigente desde 2015 y decidieron ponerse en huelga el domingo a
medianoche", informó el sindicato en un comunicado.
Funcionarios del UAW dijeron que las partes estaban muy
alejadas en las negociaciones iniciadas en julio, con desacuerdos en
materia de salarios, beneficios de salud, el estatuto de los
trabajadores temporales y seguridad laboral.
"Este es nuestro
último recurso", dijo Terry Dittes, que encabeza las negociaciones del
sindicato con GM. "Defendemos los derechos fundamentales de la clase
trabajadora de este país", agregó.
"Nuestros miembros se han
pronunciado; hemos decidido actuar, y esta es una decisión que no
tomamos en forma ligera", señaló por su parte en un comunicado Ted
Krumm, presidente del comité nacional de negociación del UAW.
La dirección del sindicato había recibido un abrumador apoyo de sus filas para llamar a la huelga si era necesario.
Los
trabajadores de Ford y Fiat Chrysler acordaron extender sus convenios
colectivos, pero la dirección de GM fue informada el sábado que el
sindicato no extendería el suyo.
Desde que comenzaron las negociaciones, el sindicato ha
estado intentando evitar que General Motors cierre dos plantas de
producción ubicadas en los estados de Ohio y Michigan.
Entretanto, la empresa argumenta que es necesario cerrar esas plantas
para responder a los cambios en el mercado automotriz y considera que el
sindicato está siendo demasiado exigente con sus peticiones para
incrementar salarios y garantizar varios beneficios laborales, como la
cobertura médica.
"Los trabajadores hemos sido muy
claros sobre lo que vamos a aceptar y lo que no vamos a aceptar",
subrayó Dittes en su rueda de prensa.
"Nosotros
-añadió- estamos defendiendo nuestros salarios, estamos defendiendo la
posibilidad de tener una cobertura médica de calidad y que podamos
pagar."
En la parte del sindicato las negociaciones
han estado marcadas por un caos sin precedentes, ya que su presidente,
Gary Jones, se enfrenta a cargos federales de corrupción por
supuestamente haber usado dinero de la organización para alojarse en
hoteles de lujo, comprar puros y jugar al golf.
Mientras, General Motors ha recibido continuos ataques del presidente de
EE.UU., Donald Trump, que ha recriminado el traslado de una parte de la
producción a México, así como el cierre de plantas de producción en
Ohio y Michigan, dos estado que podrían ser claves para las elecciones
de 2020.
La huelga, convocada en todas las
instalaciones de GM en EE.UU., será la mayor a la que se enfrenta la
empresa en 12 años. En 2007, los trabajadores se ausentaron de sus
puestos durante dos días.
El domingo, más temprano, unos 850 trabajadores de mantenimiento en cinco instalaciones de GM dejaron sus puestos, declarándose en huelga.
El sindicato ha estado luchando para impedir que GM cierre plantas de ensamblaje de autos en Ohio y Michigan, argumentando que los trabajadores merecen una paga más alta tras años de ganancias récord para GM en Norteamérica.
Responsables de GM han dicho que los cierres de plantas son necesarios ante los cambios en el mercado, y que los salarios y beneficios de UAW son caros comparado con las plantas automotrices no sindicalizadas de la competencia en el sur de Estados Unidos.
Antes de que venza a medianoche del domingo el contrato de cuatro años anterior del gremio con la mayor automotriz estadounidense, Dittes dijo que persistían “diferencias significativas” entre ambas partes por los salarios, la cobertura médica, los trabajadores temporales, la seguridad laboral y las ganancias compartidas.
Una huelga amplia de parte del gremio sería la primera medida de ese tipo en GM en 12 años y pondría a prueba tanto al sindicato como a la presidenta ejecutiva de GM Mary Barra en momentos en que la industria automotriz de Estados Unidos enfrenta menores ventas y mayores costes por los vehículos eléctricos y el control de emisiones.
El domingo, más temprano, unos 850 trabajadores de mantenimiento en cinco instalaciones de GM dejaron sus puestos, declarándose en huelga.
El sindicato ha estado luchando para impedir que GM cierre plantas de ensamblaje de autos en Ohio y Michigan, argumentando que los trabajadores merecen una paga más alta tras años de ganancias récord para GM en Norteamérica.
Responsables de GM han dicho que los cierres de plantas son necesarios ante los cambios en el mercado, y que los salarios y beneficios de UAW son caros comparado con las plantas automotrices no sindicalizadas de la competencia en el sur de Estados Unidos.
Antes de que venza a medianoche del domingo el contrato de cuatro años anterior del gremio con la mayor automotriz estadounidense, Dittes dijo que persistían “diferencias significativas” entre ambas partes por los salarios, la cobertura médica, los trabajadores temporales, la seguridad laboral y las ganancias compartidas.
Una huelga amplia de parte del gremio sería la primera medida de ese tipo en GM en 12 años y pondría a prueba tanto al sindicato como a la presidenta ejecutiva de GM Mary Barra en momentos en que la industria automotriz de Estados Unidos enfrenta menores ventas y mayores costes por los vehículos eléctricos y el control de emisiones.
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