RIAD/SANÁ.- Arabia Saudí confía en que la llegada
de más tropas de Estados Unidos al país permitirá aumentar la seguridad
de la región y se muestra frío sobre la oferta de tregua lanzada por
los rebeldes yemeníes hutíes, que hoy insistieron en su propuesta en el
quinto aniversario de la toma de Saná.
El ministro de
Estado de Asuntos Exteriores saudí, Adel al Yubeir, se mostró hoy
conforme con el anuncio de la Casa Blanca de aumentar la dotación
militar en el país árabe una semana después de que dos plantas de la
petrolera estatal Aramco fueran atacadas obligando al reino saudí a
reducir a la mitad su producción de crudo.
"Los últimos retos que confrontamos nos piden aumentar
la cooperación de seguridad entre el reino y sus aliados y socios para
garantizar que no haya ningún obstáculo para la economía internacional",
indicó Al Yuberi.
Al Yubeir trató de restar
importancia al envío de soldados y armamento adicional aprobado el
viernes por Donald Trump y señaló que Estados Unidos ya tiene tropas en
la región y lidera "con la coordinación del reino" el dispositivo para
proteger la navegación en el golfo y la zona del mar Arábigo".
"Esperamos que este mecanismo contribuirá a garantizar la libertad de
navegación en el golfo Pérsico para que los barcos y suministros
petroleros no sufran complicación alguna por Irán y también para
proteger la seguridad de los suministros petroleros internacionales",
añadió.
El diplomático cargó contra Teherán y afirmó
que "el mundo debe tomar la responsabilidad de proteger la seguridad y
la estabilidad de la región e impedir a Irán participar en actos
hostiles".
Sin embargo, señaló que Riad no tomará
ninguna medida hasta que concluya la investigación sobre los ataques
contra sus refinerías.
"Estamos en contacto constante
con nuestros amigos en todo el mundo y estamos examinando las medidas a
tomar, pero esperamos las conclusiones de las investigaciones actuales
sobre el ataque, especialmente el origen y la fuente del ataque",
manifestó.
Por otra parte, Al Yubeir reaccionó con
frialdad al anuncio de los rebeldes yemeníes de que que no lanzarán
nuevos ataques con drones y misiles contra el territorio saudí como un
gesto de paz, aunque esperan una respuesta similar de Riad.
"Nosotros juzgamos a la gente según sus actos no según sus
declaraciones, así que vamos a ver lo que van a hacer", declaró el
ministro de Estado de Asuntos Exteriores saudí, Adel al Yubeir, en una
rueda de prensa.
Al ser preguntado sobre las posibles
intenciones del anuncio, el diplomático afirmó que no puede "leer
mentes", y se mostró cauto: "Hay que estudiar este asunto bien".
Los hutíes insistieron en su propuesta hoy durante la celebración del quinto aniversario de la toma de Saná.
Miles de manifestantes se congregaron en la histórica plaza Bab al
Yemen con fusiles AK-47, pancartas del líder del movimiento, Abdul Malik
Badrudin al Huti, y banderas del país y coreando consignas como "muerte
a Estados Unidos e Israel" y "21 de septiembre una revolución de todos
los yemeníes".
En el lugar, Mohamed Ali al Huti, miembro del Consejo Presidencial Hutí, volvió a reiterar el mensaje.
“Anunciamos
nuestra iniciativa, si la aceptan es lo que queremos: una solución
pacífica para nuestra gente, y si la rechazan no perderemos nuestras
vidas sino que sufriréis mucho más", dijo Mohamed Ali al Huti.
El Yemen cayó en una guerra total tras el derrocamiento por la fuerza a
manos de los rebeldes hutíes del presidente yemení, Abdo Rabu Mansur
Hadi, quien sigue siendo reconocido por la comunidad internacional pese a
vivir exiliado en Riad.
El conflicto se convirtió en
una confrontación regional con el apoyo de Irán a los hutíes y la
participación de una coalición árabe internacional que encabeza Arabia
Saudí en apoyo a Hadi.
Tras cinco años el conflicto
se ha enquistado y se ha convertido en la mayor crisis humanitaria del
planeta, según Naciones Unidas, que asegura que el 75% de los 30
millones de yemeníes necesita algún tipo de asistencia para cubrir sus
necesidades.
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