PARÍS/MADRID.- Francia registró su temperatura más alta desde que se iniciaron los
registros el viernes, al tiempo que aumentaba el número de muertos en
Europa provocado por la ola de calor que asfixia a gran parte del
continente.
El mercurio alcanzó los 44,3 grados centígrados en
Carpentras, en la región meridional de la Provenza, dijo el organismo
meteorológico Meteo France, superando el máximo anterior de 44,1 grados
centígrados registrado en agosto de 2003.
La Organización
Meteorológica Mundial dijo que 2019 iba camino de ser uno de los años
más calurosos de la historia, y que 2015-2019 sería en ese caso el
quinquenio más caluroso que se haya registrado.
Esta agencia de
la ONU dijo que la ola de calor “encaja absolutamente” con las
condiciones extremas vinculadas al impacto de las emisiones de gases de
efecto invernadero.
Cuatro departamentos administrativos de
Francia se encontraban en alerta roja, con temperaturas de “intensidad
peligrosa” más propias de Arabia Saudí.
Se prevé que las temperaturas en algunas partes de España alcancen un nuevo récord para el mes de junio de 43ºC.
Desde
1975, España ha registrado nueve olas de calor en junio. No obstante,
cinco de ellas se han producido en la última década, según la Agencia
Estatal de Meteorología (Aemet).
En Cataluña, en el noreste de España,
los incendios forestales se extendían por una superficie de 60
kilómetros cuadrados, pero los bomberos afirman que esa zona podría
cuadruplicarse. Las autoridades pidieron a los agricultores que dejaran
de trabajar durante 48 horas en toda la región.
En la ciudad de
Valladolid, en el centro de España, un hombre de 93 años se derrumbó y
murió a causa del calor, según la policía. Y en un pequeño pueblo a las
afueras de Córdoba, un joven de 17 años murió por daños relacionados con
el calor después de lanzarse a una piscina para refrescarse tras un día
de trabajo en el campo, según informaron las autoridades sanitarias de
la región.
En Francia, un niño resultó gravemente herido cuando
fue despedido por un chorro de agua de una boca de incendios. Alrededor
de 4.000 escuelas estaban cerradas u ofrecían un servicio limitado para
ayudar a los padres que trabajaban y que no podían quedarse en casa.
A
las familias francesas con familiares ancianos enfermos o que vivían
solos se les aconsejaba llamarlos o visitarlos dos veces al día y
llevarlos a lugares frescos, mientras que el operador ferroviario
estatal SNCF ofrecía cancelaciones o intercambios gratuitos en viajes de
larga distancia.
La
región metropolitana de París, Île-de-France, ya había prohibido la
circulación de más de la mitad de los automóviles, ya que el calor
sofocante agudizaba la contaminación atmosférica, a pesar de que se
permitía la salida de todos los automóviles de la ciudad al empezar la
temporada de vacaciones escolares. Las ciudades de Lyon, Estrasburgo y
Marsella también han restringido el tráfico.
Se pronostica que las temperaturas extraordinariamente altas duren hasta principios de la próxima semana.
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