BRUSELAS.- Los ministros de Economía y Finanzas
de la eurozona, el Eurogupo, debatirán mañana la nominación del
gobernador del Banco de Irlanda, Philip Lane, como nuevo economista jefe
del Banco Central Europeo (BCE) y el diseño del futuro instrumento
presupuestario para el área de la moneda única.
El
primer punto en la magra agenda de la reunión será la nominación de
Lane, único candidato para sustituir al actual economista jefe, Peter
Praet, cuando termine su mandato el 31 de mayo.
Salvo sorpresa, el irlandés conseguirá la mayoría
cualificada (al menos 14 de los 19 Estados que representen a un mínimo
del 65 % de la población de la eurozona) que necesita para ser nominado
por el Eurogrupo, tras lo cual el consejo de titulares económicos de
toda la Unión Europea (UE) deberá confirmar oficialmente la decisión el
martes.
La candidatura de Lane para entrar en el
directorio ejecutivo del BCE se esperaba desde el año pasado, cuando
Irlanda lo propuso para asumir la vicepresidencia del mismo frente al
exministro de Economía español Luis de Guindos, quien finalmente se hizo
con el puesto después de que el irlandés se retirase de la carrera.
Si es nominado, el Consejo Europeo formalizaría la designación en
marzo y Lane asumiría el puesto el 1 de junio por un periodo de ocho
años, en vísperas de que en octubre se elija sucesor para el presidente,
Mario Draghi.
Tras este debate, se sumarán a los
ministros de la eurozona los del resto de la UE para abordar el futuro
presupuesto para el área de la moneda única, que debe tomar forma de
aquí a junio según el encargo recibido de los líderes de los Veintiocho
en diciembre.
Este "instrumento presupuestario"
debería servir para fomentar la competencia y reducir las divergencias
económicas entre miembros de la eurozona, pero no podría utilizarse para
estabilizar la economía de los países que atraviesen crisis puntuales.
Mientras que Francia, España, Portugal o Italia consideran esencial
tener un mecanismo que permita intervenir en estos casos, ya sea
apuntalando la inversión o actuando frente al paro, el rechazo de países
como Holanda o los nórdicos impide avanzar por el momento en esa
dirección.
Los ministros debatirán sobre cómo utilizar, financiar y gobernar este instrumento.
Deben decidir si se usa solo para apoyar las reformas estructurales o
puede sostener también la inversión pública, mientras que en términos de
financiación una contribución importante será la propuesta presentada
en noviembre por Francia y Alemania.
Esta aboga por
sostenerlo con aportaciones de los países y con recursos propios como
una tasa a las transacciones financieras, aunque París y Berlín aún
están trabajando en este impuesto, según varias fuentes europeas.
En materia de gobernanza, deben estudiar cómo articular este
instrumento para que esté dentro del presupuesto de toda la UE pero bajo
la dirección de los países del euro, como pidieron los líderes en
diciembre, si bien Francia sigue abogando por dejarlo fuera del marco
financiero comunitario.
El Eurogrupo también
abordará, sin tomar decisiones, las previsiones de crecimiento
publicadas esta semana por la Comisión Europea, que rebajó seis décimas
las expectativas para la eurozona, al 1,3 % este año, por el
empeoramiento en Italia y Alemania, entre otros factores.
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