LIMA.- La productividad
laboral en América Latina se mantiene en un nivel bajo, con un
crecimiento anual de un 0,7 % entre 2000 y 2015, mientras que el empleo
informal sigue muy alto, según el informe "Soluciones eficaces.
Políticas activas del mercado de trabajo", que la Organización
Internacional del Trabajo (OIT) presentó hoy en Lima.
El director regional de la OIT para América Latina y el Caribe, José
Manuel Salazar, alertó, que además de la baja productividad, "se espera
que se intensifique" el empleo informal en los próximos años y que el
Producto Interior Bruto (PIB) crezca a la mitad de la tasa registrada
entre 2003 y 2008.
Un portavoz de la OIT precisó que el informe, que cita cifras
del Fondo Monetario Internacional (FMI), también detalló que entre 2016 y
2020 el PIB regional crecerá un 2,2 % frente al 4,5 % registrado entre
2003 y 2008, "un período muy próspero para la región", según dijo.
Salazar presentó junto a otros especialistas las conclusiones del
informe que expone las políticas PAMT (políticas activas del mercado de
trabajo) que siguen los países de la zona para promover empleos de
calidad y de manera sostenible.
"Este informe no es una contribución sino un diagnóstico", dijo
Salazar, quien solicitó a los estados una "reorientación estratégica" de
las políticas públicas en materia de empleo mediante la promoción de
las PAMT.
La OIT mostró su preocupación ante el aumento de la desigualdad en 8
de 13 países de la región y ante el bajo aumento de los trabajadores
altamente calificados en la región, que desde el año 2000 hasta 2015
apenas aumentó del 17,6% al 19,9%.
El documento indicó que después de que América Latina tuviera varios
años de crecimiento económico, donde se registraron progresos sociales
como la reducción de la desigualdad, "existe el riesgo de que los
avances logrados en años recientes respecto a la calidad del empleo sean
rápidamente revertidos".
También destacó que la desaceleración que vive la región "dejaría
incompleta la transición hacia un mercado de trabajo más moderno e
inclusivo" y que América Latina aún debe "concretar el vuelco hacia una
economía más formal y basada en el conocimiento".
El informe explicó que las PAMT pueden "evitar que la actual
desaceleración se traduzca en un estancamiento estructural" con medidas
como promover la creación de empleos productivos, entre otras.
En su estudio, la OIT revisó datos de toda la región y presentó tres
casos prácticos que se han desarrollado en Perú, Colombia y Argentina
para explicar las necesidades y desafíos que implican estas políticas.
La experta de la OIT Verónica Escudero señaló que los programas PAMT
"deben implantarse de forma integrada", combinando empleo público con
capacitación.
El estudio indicó que desde 1990 se han implantado 189 programas PAMT
en la región que promueven las oportunidades laborales, la mejora del
empleo y la capacitación, que es la medida más popular y la que más
recursos se emplea en países como y Colombia y Ecuador, quienes
invierten un 87 % de sus partidas PAMT en formación.
Colombia también destaca como líder en implantación de estas políticas, seguido de Uruguay, Argentina y Brasil.
Escudero puntualizó que "si bien estas políticas tienen un gran
potencial", hay que "tener muy claro cuáles son las barreras laborales a
las que se enfrentan las personas en el país".
En Perú, por ejemplo, se señaló el caso del programa estatal
Construyendo (activo entre 2007 y 2011) que tuvo "impacto en la
participación de mujeres y los individuos menos calificados", pero en el
que se recomendó contar con mejores criterios de elegibilidad y una
intensidad y duración adecuadas.
"Si las PAMT son diseñadas y ejecutadas de manera adecuada, tienen el
potencial de mejorar las perspectivas sociales y del mercado de trabajo
de los participantes", explicó.
El informe aclaró, sin embargo, que "a pesar de la importancia
creciente de las PAMT, todavía se sabe muy poco sobre si son eficaces
para mejorar los resultados de empleo en un corto y medio plazo".
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