ATENAS.- El gobierno griego dirigido por el
líder de la izquierda radical, Alexis Tsipras, aceptó la participación
del Fondo Monetario Internacional (FMI) en el tercer rescate financiero
que recibe el país, cediendo así a los defensores del rigor en la zona
euro liderados por Alemania.
El gobierno griego "acepta" la
participación del Fondo en el programa de rescate de 86.000 millones de
euros, aseguró este jueves el presidente del Eurogrupo y ministro de
Finanzas holandés, Jeroen Dijsselbloem, al llegar a una reunión de
ministros de la zona euro en Bruselas.
El ministro de Finanzas,
Euclide Tsakalotos, "me confirmó que el gobierno griego acepta que el
FMI debe ser parte del proceso", dijo Dijsselbloem al llegar a Bruselas
para una reunión de los 19 ministros de la zona euro.
"Le quedó
totalmente claro que [la participación del FMI] es parte del acuerdo
alcanzado durante el verano" para un tercer rescate a Grecia, añadió
Dijsselbloem.
La participación del FMI en el programa de rescate,
tanto con una contribución financiera así como con un papel de
fiscalización de las reformas, "era un tema muy importante para varios
Estados miembros" de la Eurozona, destacó Dijsselbloem.
Alemania en primer lugar, seguida por Holanda y Finlandia, ponía como condición para el rescate la participación del Fondo.
La
institución de Washington, que siempre se mostró inflexible sobre la
necesidad de reformas en Grecia, es, para Berlín, una garantía de que
Atenas respetará sus compromisos en una Europea dividida entre los
defensores del rigor y la ortodoxia fiscal y los que sostienen que una
mayor flexibilidad reactivará el crecimiento económico.
Los
ministros de Finanzas de Alemania, Holanda y Finlandia "dieron
claramente a entender que para ellos una participación del FMI es una
condición fundamental que no es negociable", dijo Tsakalotos en una
entrevista con el periódico económico alemán Handelsblatt que será
publicada el viernes.
"La participación activa del FMI está
prevista" así como "su financiamiento del tercer paquete de ayuda",
aseguró aunque estimó que "el Fondo nos lleva al límite de lo que es
soportable políticamente" en un país en donde la institución se
convirtió en sinónimo de vergonzosas reformas sociales, que precipitaron
a una parte de la población a la pobreza.
El FMI, que participó
en los dos programas de rescate financiero acordados a Grecia en 2010 y
2012, no indicó todavía si participará en el que se cerró el 13 de julio
al término de un intenso pulso entre Atenas y sus acreedores, con
Berlín a la cabeza.
Este jueves el Fondo reiteró que exigía
reformas de Atenas así como un compromiso de los socios de Grecia en la
zona euro para reducir la deuda griega, que alcanza un 200% del PIB.
"Estamos
dispuestos a ayudar a Grecia no sólo con consejos y una ayuda técnica
sino también con financiamientos (...) una vez que estén listas una
serie de reformas y medidas creíbles para aliviar la deuda", declaró el
portavoz del Fondo, Gerry Rice, en una conferencia de prensa.
Una
de las principales reformas que espera el FMI es la de las pensiones
cuyo proyecto envió Atenas a sus acreedores hace diez días. Este prevé
una jubilación mínima a nivel nacional y una reducción de las pensiones
más altas.
Al comentarlas, Dijsselbloem las calificó como una "propuesta seria".
"Es evidente que hicieron un trabajo serio", dijo.
En
el mismo sentido se pronunció el ministro alemán, Wolfgang Schauble,
que estimó al llegar a la reunión ministerial que "Grecia hace grandes
esfuerzos".
En julio, Grecia aceptó un tercer plan de rescate
internacional de cinco años por un monto de 86.000 millones de euros, a
cambio del cual sus socios le exigen reformas económicas y sociales.
Los
representantes de los acreedores --Banco Central Europeo, Comisión
Europea, Mecanismo Europeo de Estabilidad y FMI-- regresarán a Atenas el
18 de enero para llevar a cabo una primera evaluación de los logros
alcanzados en los últimos seis meses.
De ser positiva podría abrir la puerta a una discusión para una quita de la deuda.
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