DURBAN.- Más que elegir
entre destinar tierras al uso agrícola o a la conservación de los
bosques, existe la posibilidad de combinar ambas partes, según expertos
reunidos esta semana en Sudáfrica con ocasión del Congreso Forestal
Mundial.
Los participantes buscan fórmulas que permitan alcanzar un equilibrio
sostenible sin renunciar a la lucha contra el hambre ni a la protección
del medio ambiente.
No ocultan la preocupación por el estado de los bosques, cuya
superficie ha disminuido en 129 millones de hectáreas en el último
cuarto de siglo, según un informe de la Organización de la ONU para la
Alimentación y la Agricultura (FAO).
Aunque el ritmo de deforestación ha disminuido en los últimos años,
este fenómeno sigue siendo un problema sobre todo en las zonas
tropicales y subtropicales debido a la presión demográfica y la
conversión de las tierras cubiertas de bosque para otros usos como la
agricultura.
¿Cómo se puede superar esa competencia tradicional por los recursos
en lugares como el África subsahariana, donde la pobreza y el hambre
siguen condicionando las vidas de millones de personas?
Jeffrey Campbell, director del Mecanismo para bosques y fincas (una
iniciativa de la FAO y otras organizaciones que pone en contacto a
comunidades locales con otros actores), cree que la solución no está en
mirar los bosques o las tierras agrícolas por separado sino en ver "todo
el paisaje".
Sugiere comenzar reconociendo que se trata de una cuestión "de gran
complejidad" y aboga por combinar las dos partes como -añade- han sabido
hacer distintos sistemas tradicionales.
El responsable cita el caso de la India, donde se dedican dos
hectáreas de bosques por cada hectárea de tierra cultivable para que
esta última sea fertilizada de manera natural con las hojas que caen de
los árboles.
"Deberíamos pensar en aumentar el valor de los bosques en términos de
retención de agua y de suelo, y como fuente para obtener combustible a
partir de la madera", afirma.
El experto valora los esfuerzos de reforestación de países como
Vietnam o China (este último dice haber recuperado 1,5 millones de
hectáreas de bosque en los últimos cinco años, según la FAO).
Y destaca que "allí donde las comunidades locales e indígenas tienen
una tenencia clara de la tierra, el bosque está volviendo de forma
natural o está siendo replantado", muchas veces por los propios
campesinos.
Campbell insta a utilizar el potencial como energía renovable que
ofrece la madera, que alrededor de 2.400 millones de personas utilizan
como combustible para cocinar alimentos en todo el mundo.
Durante el congreso, el ministro sudafricano de Agricultura, Senzeni
Zokwana, remarcó que la creación de empleo y el desarrollo de nuevas
oportunidades en el sector forestal pueden mejorar los ingresos de las
personas, que consideró "una garantía" frente al hambre.
La presidenta de la Comisión de la Unión Africana, Nkosazana Dlamini
Zuma, llamó a proteger las tierras agrícolas y educar a la gente en el
respeto a los recursos, teniendo en cuenta que para 2050 se calcula que
la población mundial superará los 9.000 millones de habitantes y la
demanda de alimentos crecerá un 70 %.
El encuentro está sirviendo para conocer experiencias de países como
Brasil, que está obligando a preservar un porcentaje de las tierras
privadas, y el desarrollo de programas nacionales de plantación de
árboles y sistemas de certificación contra la deforestación para
garantizar la gestión sostenible.
También hay estrategias complementarias que apuestan por la
innovación tecnológica para mejorar la productividad agrícola y
optimizar el uso de la tierra.
Así se intenta que la alimentación y la conservación del medio
ambiente no estén reñidas, creando posibilidades para combinarlas con
tal de no tener que cortar más árboles.
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