BRUSELAS.- La Unión Europea (UE) ha lanzado un mensaje positivo a Grecia y el
Gobierno de su nuevo primer ministro y líder del izquierdista Syriza,
Alexis Tsipras, pero insistió en que Atenas tiene que cumplir los
acuerdos previos a los que se había comprometido.
Desde la Comisión Europea (CE) se subrayó el "respeto a la elección
soberana y democrática" de los griegos y se reiteró la "disposición" a
asistir al país y a iniciar conversaciones al respecto, una vez que
Tsipras haya formado gabinete.
"Grecia ha hecho un progreso notable en los últimos años y estamos
preparados para seguir asistiendo a Grecia en los desafíos pendientes",
resaltó el portavoz de la CE, Margaritis Schinas, en la primera reacción
del Ejecutivo comunitario ante el resultado de las elecciones generales
de ayer en ese país.
En palabras del propio presidente de la Comisión, Jean-Claude
Juncker, "es de sentido común" y, además, "según las normas, la CE tiene
que trabajar con todos los gobiernos, sea cual sea, de manera estrecha.
Eso haremos con Grecia".
"Todas las partes deben cumplir con sus compromisos", dijo por su
parte el vicepresidente de la CE para el Euro, Valdis Dombrovskis, quien
reiteró la voluntad de Bruselas en colaborar con Atenas para garantizar
la recuperación del país.
Pero, más allá de las buenas intenciones verbales, el Ejecutivo
comunitario y los países tienen que afrontar ahora el reto que Tsipras,
quien ya ha jurado el cargo ante el presidente de Grecia, Károlos
Papulias, plantea al bloque comunitario con su decisión de acabar con
las políticas de austeridad que han empobrecido al país.
Por primera vez un Estado miembro tiene un Gobierno liderado por una
persona y un partido político que se han declarado de forma abierta
hostiles a unas políticas que, según sus propias palabras, han impuesto
sufrimiento y han humillado al pueblo.
Así lo entiende también el presidente del Partido Socialista Europeo
(PSE), Sergei Stanishev, quien hoy destacó que "el pueblo griego ha
sufrido mucho por la crisis y su voto constituye un acto de protesta
explícita contra las medidas impuestas por la 'troika' (Comisión
Europea, Banco Central Europeo y Fondo Monetario Internacional) y la
Europa conservadora".
"Su voto es un mensaje que se tiene que escuchar:
la obsesión por la austeridad tiene que acabar", afirmó Stanishev.
Ese mensaje está presente en la reunión del consejo de ministros de
Economía y Finanzas de los países de la eurozona, que se celebra este
lunes en Bruselas, que analiza la posible nueva ampliación del programa
de rescate a Grecia, el cual finaliza en febrero, y se muestra abierto
hasta cierto punto a la posibilidad de discutir sobre un eventual alivio
de su deuda, pero no a una quita.
Ese ha sido precisamente uno de los puntos centrales del programa que
Tsipras ha ofrecido a los electores y que, sin embargo, desde Bruselas y
otras capitales europeas se ve con más reticencias, si no con rechazo
abierto, especialmente por parte de Alemania, uno de los países cuyos
bancos son acreedores de la deuda helena.
Juncker consideró que esa "no es una cuestión urgente", aunque
recordó a los nuevos dirigentes que "hay unas reglas, unas reglas
establecidas de acuerdo con las autoridades griegas" y que éstas deben
cumplirse.
El presidente del Parlamento Europeo (PE), el socialista alemán
Martin Schulz, se mostró convencido de que no habrá acuerdo sobre una
posible quita de la deuda griega y, en declaraciones a la radio pública
germana, indicó que así se lo transmitió a Tsipras en una conversación
telefónica el domingo.
Para Schulz, habrá que analizar con Atenas "qué posibilidades hay de
hacer otras cosas, como mejorar los ingresos del Estado, para lo que hay
normas fiscales europeas contra la evasión fiscal, o lo que para mí es
igual de importante: reforzar el débil crecimiento económico con fuertes
inversiones".
"Las responsabilidades asumidas cuentan", subrayó el ministro alemán
de Finanzas, Wolfgang Schauble, a su llegada a la reunión del Eurogrupo
en Bruselas e insistió en que las reformas, acompañadas de un marco
institucional que funcione y una sólida política de finanzas, crean
crecimiento económico y empleos.
El comisario europeo de Asuntos Económicos, Pierre Moscovici, se
expresó a favor de que los países de la eurozona den a Grecia "un
mensaje positivo", reanudando las discusiones con Atenas sobre la quinta
revisión de su rescate.
Moscovici opinó que estas negociaciones se deben emprender "sobre una
base positiva y constructiva" en la que también se respeten los
compromisos asumidos por la UE y sus miembros.
El ministro español de Economía y Competitividad, Luis de Guindos,
indicó que "no esta encima de la mesa" por el momento la posibilidad de
convocar una conferencia internacional que contemple la reestructuración
de la deuda griega.
De Guindos resaltó las próximas necesidades de financiación que
tendrá Grecia y la solidaridad europea con Atenas, de la que puso como
ejemplo que en el caso español ha ascendido a unos 26.000 millones de
euros y que, señaló, es "lo que nos gastamos en prestaciones de
desempleo al año en un país que tiene un paro del 23,7 %".
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