MADRID.- El secretario general de la OCDE, Ángel Gurría,
ha avisado de una situación "alarmante" en la formación de los
españoles, ya que el nivel de competencias de los titulados japoneses de
secundaria superior es más o menos igual que el de los graduados
universitarios de aquí.
Esto es "una desventaja comparativa muy
importante", por lo que la OCDE está empezando a desarrollar con el
ministro de Educación, José Ignacio Wert, y otros departamentos del
Gobierno una estrategia de competencias que pueda "corregir este
déficit", para hacerlas "más pertinentes, asegurando que respondan a las
necesidades del mercado laboral", según Gurría.
Wert ha precisado que esta tarde habrá una reunión con la OCDE y la UE sobre
este asunto para identificar los problemas y luego establecer un plan
de acción para favorecer las posibilidades de empleo de los jóvenes
españoles, con participación de varios ministerios, comunidades e
interlocutores sociales.
Gurría y Wert han intervenido en la
presentación del décimo informa anual de la Fundación Conocimiento y
Desarrollo "La Contribución de las Universidades Españolas al
Desarrollo".
A pesar del progreso en la extensión de la educación
superior entre los españoles, ha dicho Gurría, la calidad de la
formación universitaria dista todavía "mucho" de alcanzar la de otros países, y que los titulados puedan enfrentarse a los problemas y retos de la vida real.
"La
compresión lectora, la capacidad de cálculo y la resolución de
problemas en España deja mucho que desear", ha insistido a la vista de
los resultados de la Evaluación Internacional de la población adulta de
entre 16 y 15 años (Piacc).
"Hay que atender ese tema y las universidades no son todo el problema, son parte de la solución", ha indicado.
Este informe mostró que los titulados españoles de menos de 30 años de edad tienen unas de las competencias lectoras más débiles entre los 22 países participantes,
y sólo uno de cada seis graduados recientes en educación superior
puntúa en los niveles más altos comparados con uno de cada dos en Japón.
La
adecuación de las competencias respecto de lo que el mercado está
necesitando, "que no es un tema absoluto", significa adquirir
conocimientos, saber aplicarlos y que sean pertinentes.
De ahí, la
necesidad de mejorar la calidad de la educación universitaria española
ante un contexto internacional cada vez más competitivo, ha insistido,
pues un mayor grado de formación reduce "drásticamente" el riesgo de
desempleo.
"La calidad de la educación y la adecuación de la
educación al mercado es el desafío de las universidades españolas", algo
en que todos los organismos públicos y privados deben trabajar.
Para conseguir unas universidades de más calidad, ha defendido su especialización, pues las españolas tienden a ser generalistas "excesivamente", con una demasía de ofertas académicas similares entre muchos centros.
Apuesta
por la investigación, pues además de la caída de la inversión en este
sector, las empresas españolas no son de las más interesadas por la
I+D+i.
Existe un fuerte sesgo academicista y teórico que no se
debe desatender, pero debe complementarse con módulos orientados a
satisfacer las demandas del mercado.
Sobre financiación, ha puesto
el ejemplo de los países donde pagar por ir a la universidad pública
"no es tabú", sino que se hace un análisis de la capacidad
socioeconómica de cada uno de los jóvenes; cuando no tienen recursos, se les aplican "becas-crédito" que puedan devolver cuando tengan trabajo: "Se cobra al que puede y al que no, se le ayuda".
Sobre profesorado, ha indicado que es otro aspecto de colaboración público-privada para atraer a los de mejor nivel
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