La aprobación de dicha medida, en una votación que se saldó con 223 votos a favor y 202 en contra, tras tres días de debate, supone un triunfo para el presidente, Barack Obama, que ha situado la reforma financiera entre sus prioridades, junto a la reforma del sistema sanitario y la regulación contra el cambio climático. La mayoría de los republicanos votaron en contra.
Según el texto de la reforma, recogido en 1.279 páginas, se establecería una agencia federal dedicada a la protección de los consumidores, un consejo integrado por varias agencias para vigilar los riesgos sistémicos de la economía y se otorgarían competencias al Gobierno para evitar el colapso de grandes empresas, lo que podría poner en riesgo la totalidad del sistema financiero. Asimismo, y entre otras medidas, se destinarían miles de millones a fondos gubernamentales para ayudar a los propietarios de vivienda en situación de desempleo.
No obstante, para que una reforma financiera tenga posibilidades de ser aprobada por el Senado ésta debería ser sustancialmente distinta a la de la Cámara de Representantes, por lo que deberán continuar las negociaciones.
En una declaración escrita, Obama instó al Senado a sumarse lo antes posible a la Cámara Baja del Congreso en aprobar una reforma del sistema financiero.
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