Bruselas estima que todavía quedan importantes problemas para abrir a este sector a la competencia en Austria, Bélgica, República checa, Alemania, Dinamarca, Estonia, Grecia, España, Francia, Hungría, Irlanda, Italia, Lituania, Luxemburgo, Letonia, Polonia, Portugal, Rumanía, Suecia, Eslovenia y Eslovaquia.
Después de enviar escritos de requerimiento a 24 Estados miembros en junio de 2008, varios de ellos han modificado sus disposiciones nacionales para ajustarse al derecho comunitario, pero la mayoría de ellos sigue sin cumplir plenamente las directivas comunitarias correspondientes. Bruselas cree que los Estados miembros deben avanzar más en la reforma de sus sistemas ferroviarios, en beneficio tanto de las empresas del sector como de los consumidores.
Las deficiencias que persisten todavía en opinión del Ejecutivo comunitario son la falta de independencia del administrador de la infraestructura respecto a los operadores ferroviarios; la insuficiente aplicación de las normas sobre la tarificación del acceso a las vías; la falta de incentivos del administrador de la infraestructura para reducir costes y la ausencia de sistemas de tarificación basados en costes directos.
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