domingo, 27 de septiembre de 2009

Pacto entre ricos y emergentes en el G-20 para evitar una nueva crisis

WASHINGTON.- Los países ricos golpeados por la crisis y los emergentes que se convirtieron en locomotoras de la economía mundial avanzaron en la cumbre del G-20 de Pittsburgh (Estados Unidos) en la coordinación de sus políticas para evitar un nuevo colapso financiero.

En la línea del "haber" de la cumbre, que se celebró el jueves y el viernes, figuran la sustitución del G-8 de países ricos por el G-20 (de industrializados y emergentes) como nuevo timonel de la economía mundial.

Los emergentes también tendrán más poder en el Fondo Monetario Internacional (FMI) y en el Banco Mundial, con un traspaso de "al menos" un 5% de votos a su favor en el primero y de un 3% en el segundo. Esa resolución, según participantes en las negociaciones, generó gran resistencia en los europeos.

El FMI se encargará además de verificar que las políticas de todos los miembros del G20 no amenazan los grandes equilibrios de la economía mundial.

La cumbre también resolvió evitar un retiro "prematuro" de los paquetes gubernamentales de reactivación, que contuvieron la onda expansiva de la crisis, aunque sin garantizar hasta ahora un repunte sólido.

Los líderes políticos proclamaron además su intención de apretar las clavijas a los bancos (con normas contra tomas inconsideradas de riesgo) y a las primas de los banqueros, aunque esas medidas, que generan una evidente resistencia, tienen plazos amplios o vagos.

En Pittsburgh, "llegamos a un acuerdo histórico para reformar el sistema financiero mundial a fin de promover la responsabilidad y evitar el abuso, de manera que jamás volvamos a enfrentar una crisis como ésta", dijo este sábado el presidente estadounidense, Barack Obama, en su programa radial semanal.

En el "debe" de la cumbre, figura la brevedad con que trató las cuestiones de la liberalización comercial (se limitó a reiterar el compromiso de concluir la Ronda de Doha en 2010) y del calentamiento global (una mera denuncia de los subsidios a las energías fósiles), a dos meses de la decisiva Conferencia de Copenhague sobre el clima.

El presidente brasileño, Luiz Inacio Lula da Silva, sacó un balance positivo, y afirmó que las conclusiones demuestran que "el mundo se está encaminando rápidamente hacia un nuevo orden económico".

Y eso ocurrió, según Lula, porque desde el inicio de la crisis los países ricos dejaron de sentirse "los dueños de la verdad".

Obama llamó el miércoles al mundo a tomar "una nueva dirección", caracterizada por el multilateralismo, en abierta contraposición con la postura de su predecesor George W. Bush.

"Debemos asumir una nueva era de cooperación basada en intereses comunes y respeto mutuo, y nuestro trabajo debe empezar ya", dijo Obama ante la Asamblea General de la ONU.

Obama "reconoce implícitamente que Occidente no puede ejercer cualquier predominio en un mundo donde los países no occidentales, como China, India y Brasil, están en ascenso", afirmó Colin Bradford, cientista político del Brookings Institute.

La mayoría de los emergentes lograron limitar el impacto de la crisis y algunos vuelven a crecer como si nada hubiera pasado (+7,8% interanual en el segundo trimestre en China y +6,1% en India), mientras Japón, Alemania y Francia emergen apenas de la recesión y Estados Unidos espera seguirlos a corto plazo.

Los occidentales pretenden que ese dinamismo lleve a China y a otros países del Sur a activar sus mercados internos para sustituir al aletargado mercado estadounidense como dinamizador de la economía mundial.

"En Pittsburgh, las principales economías del mundo acordaron continuar con nuestros esfuerzos por estimular la demanda mundial para que nuestra gente vuelva a trabajar", dijo Obama en su programa radial.

Pero para que Europa y Estados Unidos puedan aprovechar esa dinámica habrá que superar escollos importantes.

"Para que la economía mundial emprenda un camino más firme, hará falta que China proceda a reevaluar el yuan frente al dólar y que Estados Unidos contenga su déficit presupuestario", afirma Peter Morici, de la Universidad de Maryland, quien considera poco probable que alguna de esas cosas ocurra.

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