La planta, que se levantará a 13 kilómetros de Melbourne y por la que también competía Veolia, se dedicará a reciclar agua que se destinará a usos industriales y para riego de campos de golf y jardines.
Del importe total del contrato, 12 millones de euros corresponden a la construcción, que se deberá acometer en un año, y los seis millones restantes al posterior mantenimiento. ACS ha logrado el contrato a través de su filial Drace Medioambiente.
El proyecto supone la entrada del grupo que preside Florentino Pérez en el mercado australiano con su negocio de agua, mercado en el que en los últimos años también han desembarcado otras grandes constructoras españolas como Acciona, Sacyr o Técnicas Reunidas.
ACS ya estaba presente en Australia con otros negocios, tanto de forma directa, con Sice (firma dedicada a la instalación de sistemas electrónicos en redes de transportes) como indirecta, a través de su participada alemana Hochtief, que cuenta con una importante cartera de obras, tanto de infraestructuras de transporte como de agua, así como de explotación de minas de carbón.
El grupo alemán, del que ACS controla el 30% del capital, recientemente anunció que, a través de un consorcio, había logrado financiación por un total de 2.100 millones de euros para abordar las construcción y posterior explotación durante treinta años de una planta desaladora en el Estado de Victoria, en Australia.
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