miércoles, 28 de mayo de 2008

La crisis de Brown no preocupa a la City / Leeson Sherry

Los resultados de Vodafone y de British Energy son las principales referencias de la semana. La operadora podría haber ganado 8.000 millones de euros en el último ejercicio fiscal, sus primeras ganancias después de dos años de pérdidas multimillonarias por la reducción del valor de sus activos.

Por su parte, mañana será la eléctrica británica la que publique sus cuentas, en medio de la puja que se ha desatado por su control. A la oferta conocida por EDF se han sumado al menos otras dos, una de las cuales podría proceder de Iberdrola y RWE. British Energy podría ofrecer más detalles durante la presentación de estas cuentas el miércoles.

También comentar que llega el turno de que HSBC rinda cuentas ante sus accionistas. La entidad celebra su Junta en Londres el viernes, aunque tres días antes ya comparecerá ante los inversores que tiene en Hong Kong. De todas formas, HSBC es de las que menos tiene que preocuparse por lo sucedido durante la crisis. Sus pérdidas hipotecarias hasta ahora apenas alcanzan los 2.000 millones de euros.

Además, la entidad dejó claro que su beneficio en lo que va de año es superior incluso al de hace doce meses, lo que alejó definitivamente el fantasma de las pérdidas o de una posible ampliación de capital, como ha sucedido con algunos de sus competidores británicos.

El viernes, la British Banker Association (la Asociación de la Banca Británica, también conocida por las siglas BBA) anunciará los cambios en el cálculo del tipo de interés interbancario más usado del mundo, el Libor. Desde que estalló la crisis crediticia, el actual sistema ha sido muy criticado porque no refleja fielmente las condiciones del mercado estadounidense.

Por eso, la BBA ha decidido modificar su cálculo en una medida que tendrá enormes implicaciones a nivel global. No hay que olvidar que la mayoría de las operaciones en todo el mundo usan esta tasa como referencia. Cualquier incremento o descenso adicional puede modificar sensiblemente los costes financieros de las empresas.

Aparte de la economía, la City está muy pendiente de la crisis del partido laborista. Los malos resultados electorales y de las encuestas (hasta 26 puntos por debajo de los conservadores de Cameron), que le otorgan el menor apoyo popular en varias décadas) han puesto en tela de juicio el liderazgo de Gordon Brown, hasta el punto de que parte de su propio partido quiere que abandone el cargo para evitar un desastre de una magnitud incalculable.

Lo cierto es que los inversores no parecen muy preocupados por la salida de Brown, sino más bien todo lo contrario: el FT-100 es el que mejor comportamiento muestra este año entre las grandes bolsas europeas.

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