"La entrada de Ucrania en la UE no coincide con los intereses nacionales de Hungría", ha sentenciado Orbán, a dos semanas de que los jefes de Estado y de Gobierno se pronuncien sobre la recomendación de la Comisión Europea de iniciar conversaciones con Kiev.
Considera que se trata de un asunto complejo, que requiere antes por ejemplo examinar las "implicaciones a largo plazo" del proceso de ampliación.
De lo contrario, teme que puedan producirse efectos no deseados. "Una falta de consenso sobre este tema podría romper la unidad de la UE", ha dicho Orbán, en una entrevista radiofónica en la que ha dado por hecho que no habrá consenso pero en la que ha evitado hablar de veto como concepto, pese a que cualquier paso sí requiere unanimidad de los Estados miembro.
Hungría se inclina por ahora por retrasar cualquier avance, si bien Orbán ha enfatizado que respalda la soberanía y la integridad territorial ucraniana frente a la agresión iniciada por las fuerzas rusas en febrero de 2022, según declaraciones difundidas por el Gobierno húngaro.
Orbán ha negado que se oponga por sistema a políticas por la UE, alegando que sólo está en contra de aquellas que "contravienen los intereses" de Hungría.
En este sentido, ha defendido que todos los Estados miembros deben tener margen de maniobra para marcar límites sobre su soberanía, si bien en los últimos años este dogma se ha convertido en motivo de fricción constante entre Bruselas y Budapest.
El primer ministro húngaro, que pese a sumarse a los paquetes de sanciones de la UE contra Rusia no ha terminado de romper lazos con Moscú, ha defendido que tiene una posición pragmática en política exterior y que Hungría puede servir incluso de puente entre bloques, con acuerdos de colaboración más allá de Europa.
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