jueves, 12 de octubre de 2023

AI recuerda que el "castigo colectivo" de la población en la Franja de Gaza puede ser un crimen de guerra


LONDRES/WASHINGTON.- La secretaria general de Amnistía Internacional (AI), Agnès Callamard, ha recordado este jueves que el "castigo colectivo" de la población civil en la Franja de Gaza es "cruel e inhumano" y puede ser considerado un crimen de guerra.

"Las autoridades israelíes deben restablecer inmediatamente el suministro eléctrico de Gaza y suspender las crecientes restricciones impuestas como resultado de la orden del Ministerio de Defensa del 9 de octubre de 2023 y levantar el bloqueo ilegal prolongado durante 16 años sobre la Franja de Gaza", ha destacado en un comunicado.

En este sentido, Callamard ha afirmado que Israel tiene, "como potencia ocupante", la obligación con respecto al Derecho Internacional de "garantizar que se satisfagan las necesidades básicas de la población civil de Gaza".

La ONG ha indicado que el corte en el suministro eléctrico "exacerbará una catástrofe humanitaria ya en curso", limitando las comunicaciones e impactando en otros servicios esenciales, como los servicios sanitarios, poniendo en peligro la vida de pacientes hospitalizados, personas con enfermedades crónicas, en cuidados paliativos o recién nacidos.

AI se ha hecho eco de los comentarios del ministro de Defensa de Israel, Yoav Gallant, sobre el "asedio" a la Franja y ha recordado que "los civiles palestinos no son responsables de los crímenes de Hamás y otros grupos armados palestinos".

La ONG ha mostrado preocupación por los ataques contra el paso de Rafá y ha exigido a Israel que facilite el establecimiento de corredores humanitarios para la entrega de ayuda al enclave palestino, así como el paso seguro de heridos y civiles que deseen huir del conflicto armado.

Asimismo, ha informado de que ha abierto una investigación contra los ataques aéreos israelíes en la Franja, especialmente un bombardeo contra un edificio residencial en el barrio de Al Zeitun en el que murieron 15 miembros de una misma familia, incluyendo siete niños.

Por otra parte, la ONG Human Rights Watch (HRW) ha denunciado este jueves que el Ejército de Israel utiliza fósforo blanco en sus operaciones militares tanto en la Franja de Gaza, controlada por el Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás), como en Líbano, y alerta del riesgo de su uso para civiles.

"Cada vez que se utiliza fósforo en zonas civiles pobladas, se plantea un alto riesgo de quemaduras insoportables y sufrimiento de por vida. El fósforo blanco es ilegalmente indiscriminado cuando se hace estallar en zonas urbanas pobladas, donde puede quemar casas y causar daños atroces a los civiles", explicado la directora de HRW para Oriente Medio y el norte de África, Lama Fakih.

HRW ha señalado que tiene pruebas de que las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) han utilizado este tipo de arma al menos durante la jornada del martes en territorio libanés y este miércoles en territorio palestino. La ONG ha verificado vídeos en los que se muestran múltiples ráfagas de fósforo blanco disparadas con artillería sobre el puerto de la ciudad de Gaza y dos localidades rurales en la frontera con Líbano.

"Para evitar daños a la población civil, Israel debería dejar de utilizar fósforo blanco en zonas pobladas. Las partes del conflicto deberían hacer todo lo posible para evitar que los civiles sufran más sufrimiento", ha manifestado Fakih.

Así, ha señalado que el uso de este arma en Gaza, una de las zonas más densamente pobladas del mundo, viola la prohibición del Derecho Internacional Humanitario de poner a los civiles en riesgos innecesarios.

Cabe mencionar que el fósforo blanco se utiliza como arma para provocar incendios, se enciende cuando se expone a oxígeno atmosférico y continúa ardiendo hasta que se le priva de este. Es un elemento químico "muy soluble en grasas" por lo que quema la carne humana térmica y químicamente.

Además, los fragmentos exacerban las heridas y pueden causa insuficiencia orgánica, mientras que las heridas "ya vendadas pueden volver a encenderse cuando se retiran los vendajes al exponerse al oxígeno". Las cicatrices en los supervivientes crean discapacidades físicas y el trauma del ataque provoca daño psicológico y exclusión social.

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