martes, 2 de febrero de 2021

Irlanda del Norte suspende los controles fronterizos por amenazas de paramilitares


BELFAST.- El Gobierno de Irlanda del Norte confirmó este martes que ha suspendido temporalmente los controles físicos a productos de origen animal que llegan a la provincia británica desde el resto del Reino Unido, ante la proliferación de amenazas de grupos paramilitares unionistas y el aumento de la tensión provocada por la crisis de las vacunas con la Unión Europea (UE).

El Ministerio de Agricultura y Asuntos Rurales (DAERA) se reúne este martes con la Policía autónoma (PSNI), después de expresar su preocupación por la seguridad de los trabajadores de los puertos de Belfast y Larne.

En las últimas semanas, han aparecido pintadas con amenazas en barrios protestantes de la región -con presencia de paramilitares lealistas-, descontentos con el llamado Protocolo sobre Irlanda/Irlanda del Norte, una de las piezas básicas del Acuerdo de Salida de la UE firmado por Londres y Bruselas.

Las autoridades locales señalan que ha habido "un aumento de comportamientos siniestros y amenazantes", con mensajes que describen a los trabajadores portuarios "como objetivos", lo que les está provocando entre la plantilla "mucha angustia y miedo".

Tras el divorcio definitivo entre el Reino Unido y la UE, la puesta en marcha a principio de año del citado protocolo ha multiplicado la burocracia en los puntos de entrada a la provincia, lo que ha causado problemas de suministro y escasez de ciertos productos en los supermercados norirlandeses.

La creciente tensión alcanzó su punto más alto el pasado viernes, cuando la Comisión Europea (CE) consideró la posibilidad de imponer en la región restricciones a la exportación de vacunas contra la covid-19, suspendiendo de manera unilateral el Protocolo sobre Irlanda/Irlanda del Norte.

Esta salvaguarda, fruto de años de intensas negociaciones, está diseñada para permitir la libre circulación de bienes entre las dos Irlandas y mantener así abierta la frontera en la isla, clave para sus respectivas economías, altamente conectadas, y el proceso de paz.

A cambio, la UE protege el mercado único imponiendo controles aduaneros en los puertos a los bienes que llegan a Irlanda del Norte procedentes de Gran Bretaña (Escocia, Gales e Inglaterra).

Al descontento provocado por la escasez de productos se le suma el malestar político que despierta el protocolo entre la comunidad protestante, pues considera que concede a Irlanda del Norte un estatus diferente al resto del Reino Unido y pone en peligro su relación con Londres, al tiempo que podría dar alas a los partidarios de la reunificación de Irlanda.

La ministra principal norirlandesa y líder del mayoritario Partido Democrático Unionista (DUP), Arlene Foster, ha exigido al primer ministro británico, Boris Johnson, que elimine el protocolo y negocie con Bruselas un nuevo arreglo.

Un portavoz del DAERA explicó este martes que están "analizando la situación" en los puertos de Belfast y Larne, aunque, de momento, solo se efectuarán "controles de documentos" y se suspenden las inspecciones físicas sobre productos de origen animal, como aquellos que contengan carne, pescado, lácteos o huevos.

El primer ministro irlandés, Micheál Martin, advirtió este martes que la situación en Irlanda del Norte "es muy siniestra y fea": "Obviamente, haremos todo lo posible para ayudar a calmar la tensión".

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