SAN SALVADOR.- La pandemia global provocó una explosión en la tasa de desempleo en
Estados Unidos, que alcanzó 13,3% en mayo, una cifra que aumenta a 17,2%
entre la población de origen latinoamericano, según cifras oficiales.
De enero a abril El
Salvador recibió 1.600,7 millones de dólares en remesas familiares, lo
que marca una caída del 9,8% contra igual periodo de 2019. El mayor
descenso en los envíos fue en abril, cuando el total se redujo a 287,3
millones de dólares, es decir, un 40% menos en comparación con el mismo
mes del año pasado, según un informe del Banco Central de Reserva (BCR).
En 2019, El Salvador había recibido remesas familiares por
5.650,2 millones de dólares, lo que había representado un crecimiento
del 4,8% sobre el año previo, equivalente a 16% del Producto Interno
Bruto (PIB).
"Mi gente ha sido
afectada", dice el alcalde de San Isidro, Ernesto Romero, quien
reparte alimentos a la población para aliviar la caída de remesas pero
también por la pérdida de cultivos de hortalizas y maíz tras el reciente
impacto de la tormenta Amanda, que dejó más de 30 muertos en El
Salvador.
Centenares de salvadoreños salen a diario por las carreteras del país agitando paños blancos para pedir alimentos.
El
descenso de los envíos de dinero, que ayudan a mantener a flote a este
país centroamericano, y el cierre de las fuentes de empleo en medio del
aislamiento por la pandemia genera "un panorama perturbador" en una
economía estancada, dice Roberto Cañas, profesor de la jesuita
Universidad Centroamericana (UCA).
El país de 6,6 millones de habitantes, que se mantiene
paralizado por una cuarentena domiciliar obligatoria por la covid-19
desde el 21 de marzo, se asoma a cifras problemáticas.
Las exportaciones entre
enero y mayo cayeron 23,6% en comparación con igual período de 2019,
según el Banco Central de Reserva, y de acuerdo a la independiente
Fundación para el Desarrollo de Centroamérica (Fudecen) al cierre del
año se habrán perdido 240.000 empleos.
El Banco Mundial prevé que la economía de El Salvador caerá a -4,3% al cierre de 2020,
Esa situación sumada a la caída de las remesas representa
"un gran caldo de cultivo para la generación de mayor pobreza", dijo el presidente de Fudecen, Óscar Cabrera.
El actual
escenario de crisis alimentaria "está poniendo a la economía salvadoreña
en una situación de alta vulnerabilidad" y ello "puede traer tarde o
temprano un estallido social", advirtió.
La misma baja de las
remesas que sufre El Salvador se vive en Honduras y Guatemala, donde los
envíos de dinero de los migrantes son también un componente clave de la
economía.
Honduras acumuló de enero a mayo 1.946,1 millones de dólares, un 7,1% menos que igual período de 2019.
En Guatemala ingresaron en el mismo periodo 3.916 millones de dólares, una disminución de 3,1%.
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