BUENOS AIRES.- Argentina
afronta una nueva semana clave para su economía con la llegada de una
misión del Fondo Monetario Internacional (FMI) para avanzar en la
renegociación de la deuda luego de que la exmandataria y actual
vicepresidenta, Cristina Fernández de Kirchner (2007-2015), instara al
organismo a realizar "una quita sustancial".
La
delegación del FMI arribará al país el mismo día en que el ministro de
Economía, Martín Guzmán, se presentará ante la Cámara de Diputados para
explicar los lineamientos generales de la negociación que lleva adelante
tanto con el Fondo como con los acreedores internacionales.
Fernández
de Kirchner afirmó este sábado que el préstamo por 56.300 millones de
dólares, de los cuales se desembolsaron 44.000 millones, que recibió el
Gobierno del conservador Mauricio Macri (2015-2019) "no sólo es el más
importante de la historia del Fondo Monetario sino que se otorgó incluso
violando el propio estatuto del FMI".
"Las
normas deben ser respetadas por todos", sostuvo la vicepresidenta
durante la presentación de su libro "Sinceramente" en la Feria
Internacional del Libro de La Habana.
Así
como "el deudor va a respetar las normas, por lo menos (el Fondo
Monetario Internacional) debería establecer una quita sustancial porque
hizo un préstamo por fuera de la historia del FMI, comprometiendo el 60
por ciento de la capacidad prestable del organismo y se hizo violando
obligaciones que tiene el propio Fondo", subrayó la exmandataria, quien
durante su gestión no permitió que el organismo multilateral auditara
las cuentas argentinas.
Hasta
ahora, el Gobierno había evitado hablar de las condiciones de
reestructuración de la deuda y de si a la postergación de los plazos de
pago se sumaría una quita.
Fernández
de Kirchner agregó así presión a las negociaciones ya iniciadas por
Guzmán, quien se reunió el martes pasado durante más de dos horas con la
directora gerente del FMI, Kristalina Georgieva, en Roma, y a los
apoyos que recibió el presidente Alberto Fernández durante su reciente
gira por Europa, entre ellos los de España, Alemania y Francia.
El
mandatario sumó además el viernes el respaldo del presidente de Estados
Unidos, Donald Trump, quien le aseguró que podrá contar con él en las
negociaciones.
De
acuerdo a datos de la Secretaría de Finanzas, a finales de diciembre
último la deuda bruta de Argentina ascendía a 323.177 millones de
dólares, de los cuales unos 194.000 millones de dólares corresponden a
deuda en títulos públicos de mediano y largo plazo.
El
Gobierno argentino aspira a concluir el proceso de renegociación de la
deuda externa para fines de marzo, un plazo demasiado ambicioso para los
analistas económicos, en particular luego del fracaso que sufrió días
atrás la provincia de Buenos Aires en su intento por postergar por tres
meses el pago de un bono por 250 millones de dólares al no conseguir el
75 % de adhesión de los tenedores del título.
Para
evitar que el distrito más rico y poblado de Argentina entrara en
"default" en medio de la renegociación de la deuda del Gobierno
nacional, el gobernador bonaerense, Axel Kicillof, del mismo color
político que el presidente Alberto Fernández, decidió pagar con recursos
propios el vencimiento.
Tampoco
tuvo gran éxito la semana pasada el lanzamiento de un canje voluntario
del bonoAF20, conocido también como "Bono dual", un título emitido en
julio de 2018 y que caduca el próximo jueves, con un vencimiento por un
total de 105.000 millones de pesos (unos 1.670 millones de dólares), ya
que sólo logró cambiar el 10 %.
Frente
a este exiguo resultado, el Gobierno licitará este lunes tres letras
del Tesoro para sumar recursos que le permitan financiar gran parte del
vencimiento del "Bono dual" que se deberá pagar el jueves.
"Resolver
el tema de la deuda es una condición necesaria para que podamos
crecer", advirtió el presidente, quien desde su asunción el pasado 10 de
diciembre apuntó a restaurar la sostenibilidad del endeudamiento
argentino.
Por
ello, los próximos días serían decisivos ya que el ministro de Economía
deberá explicar el proyecto de reestructuración de la deuda, en
momentos en que los bonistas reclaman que Argentina presente su plan
económico para tener un poco más de certidumbre de cara al futuro.
El
país suramericano está sumido en una recesión desde abril de 2018 que
agravó la crisis social, con más de un tercio de la población en la
pobreza y un aumento del desempleo por encima del 10 %.
El mandatario fue reticente a revelar los lineamientos de su política económica durante su reciente visita a Francia.
"No
es verdad que no tenemos plan, es verdad que no lo contamos. Y no lo
contamos porque estamos en plena negociación. Sería descubrir las
cartas: estamos jugando al póquer y no con chicos. Tenemos que hacerlo
bien, con inteligencia, pero el plan es volver a poner en funcionamiento
la economía argentina", sostuvo.
Algunos
detalles comenzarán a ser revelados con el arribo de la misión del FMI,
que vendrá a auditar las cuentas públicas, las perspectivas de
crecimiento, las políticas oficiales para controlar la inflación, que en
2019 alcanzó un 53,8 %, y si habrá un plan de ajuste fiscal.
La
delegación del FMI estará presidida por el encargado del caso
argentino, Luis Cubeddu, quien ya desempeñó ese mismo cargo entre 2002 y
2004.
"La
misión se enfocará en cooperar con las autoridades argentinas en
términos de entender el marco de política económica y poder hacer
nuestras proyecciones sobre el país, al entender mejor las medidas que
se están tomando para mejorar la situación de la pobreza y reactivar la
economía", precisó en enero el auditor regional del Fondo Monetario
Internacional (FMI), Alejandro Werner.
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