LA PAZ.- El Tribunal Supremo Electoral (TSE) baraja el mes de junio para la celebración de las elecciones generales para la restauración democrática en Bolivia después de la dimisión del presidente Evo Morales y otros altos cargos en medio de una ola de protestas y la presión de Policía y Ejército.
EL TSE deberá publicar el calendario electoral el 7 de enero como muy tarde para que se cumplan los plazos fijados,
que depararían una toma de posesión del nuevo presidente o presidenta
para el 6 de agosto conforme al calendario tradicional boliviano.
El borrador de la agenda electoral fue presentado el viernes pasado a
los vocales departamentales del TSE para su consideración. “No se han establecido fechas concretas, pero sí hay topes.
Teniendo en cuenta que se está sujeto a cambios, el borrador del
calendario electoral señala que la primera vuelta de las elecciones, se
desarrollaría en junio”, ha explicado el vocal del Tribunal
Departamental de Potosí, Julio Mujica, en declaraciones al periódico
boliviano ‘El Deber’.
“Si hubiera segunda vuelta se haría en julio y el
nuevo Gobierno se posesionaría en agosto. Es la información que se puede
dar”, ha apuntado Mujica. Las fechas se están manejando con carácter
muy reservado. Ni miembros del TSE ni otros vocales departamentales han
querido referirse al tema hasta que se concreten los plazos.
El procedimiento está lastrado por el hecho de que en algunos departamentos como Santa Cruz, Chuquisaca y Potosí
los tribunales departamentales electorales carecen de infraestructura
debido a las violentas protestas anteriores y posteriores a la salida de
Morales del poder.
“Estamos haciendo los esfuerzos para cumplir con los plazos que son cortos. Hay la capacidad de trabajo, pero es muy complicado en Santa Cruz, porque no tenemos infraestructura. Estamos con oficinas quemadas y documentación perdida.
Nuestros vehículos datan del año 1998 y 2004. Hay que viajar a las
provincias en un departamento que es el más grande del país”, ha
explicado el vocal del Tribunal Departamental Electoral de Santa Cruz,
Marcelo Yabeta.
Crisis política
La crisis política en Bolivia se desató tras las elecciones presidenciales del 20 de octubre, en las que el ahora expresidente Evo Morales proclamó su victoria pero la oposición denunció un “fraude gigantesco”.
La Organización de Estados Americanos (OEA) ha concluido en su informe final que en los comicios hubo “manipulación dolosa” y “parcialidad“, así como “irregularidades graves”, tales como la “falta de resguardo de las actas” y la pérdida de “material sensible”.
Morales dimitió el pasado 10 de noviembre y huyó a México en medio de
la presión de las protestas y de la falta de apoyo de Policía y Fuerzas
Armadas. Jeanine Áñez, segunda vicepresidenta del Senado, se proclamó presidenta interina para llenar el vacío de poder dejado por el antiguo mandatario y la renuncia de otros altos cargos.
Bolivia se prepara ahora para celebrar unas nuevas elecciones en las que ni Morales ni su vicepresidente, Álvaro García Linera, podrán participar,
conforme al acuerdo al que su partido, el Movimiento Al Socialismo
(MAS), y los partidos de la antigua oposición han llegado en el
Congreso.
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