LONDRES.- Los partidarios de salir de la
Unión Europea ganaron el referéndum británico con el 51,9% de los votos,
frente al 48,1% para los defensores de la permanencia, según los
resultados definitivos difundidos este viernes.
La victoria del
'brexit' provocó el hundimiento de la libra a niveles de hace tres
décadas, llamamientos a la dimisión del primer ministro, David Cameron, y
una sensación de felicidad entre los euroescépticos, que hablaban del
"día de la independencia".
El político británico Nigel Farage pidió este viernes la formación de un Gobierno pro 'brexit'.
"Ahora
necesitamos un Gobierno 'brexit'", dijo Farage a la prensa delante del
Parlamento, y después de que el ministro de Exteriores, Philip Hammond,
asegurara que el primer ministro, David Cameron, pro-UE, seguirá en el
cargo.
"El día de la independencia", se congratuló Farage, uno de los grandes protagonistas de la histórica jornada.
Nunca
en la historia de la UE un país había votado para abandonar ese
proyecto que nació en los años 1950, de las cenizas de la Segunda Guerra
Mundial.
Antes de la apertura de las bolsas europeas, la de Tokio se hundía un 8% y la libra cayó hasta su nivel más bajo desde 1985.
Todos
los ojos están puestos ahora en el primer ministro, David Cameron, cuyo
fracaso podría llevarlo a la dimisión y a la convocatoria de nuevas
elecciones.
Cameron apostó personalmente por la organización del
referéndum para zanjar las divisiones que la UE creaba en su partido
Conservador, pese a estar a favor de seguir en el bloque.
Un grupo
de 86 diputados euroescépticos, entre ellos Boris Johnson, uno de los
líderes de la campaña anti-UE, pidieron en una carta pública a Cameron
que no abandone el cargo.
Escocia,
donde ganó la permanencia, ve su futuro como "parte de la UE" avanzó ya
Nicola Sturgeon, la jefa del Gobierno regional escocés.
Por su parte, el partido republicano Sinn Fein reclamó un referéndum en Irlanda del Norte para unirse a Irlanda.
"Tenemos
esta situación en que el norte está siendo arrastrado fuera (de la UE)
por el resultado de Inglaterra... En el Sinn Fein presionaremos por
nuestra demanda de hace tiempo, un referéndum", dijo el presidente del
Sinn Fein, Declan Kearney.
Al Gobierno británico se le abren así
tres frentes: uno con sus socios europeos, con los que tendrá que
negociar los términos de la salida del bloque y otros dos internos con
Escocia e Irlanda del Norte.
La situación en el Úlster es
especialmente delicada, porque la restauración de una frontera con el
vecino europeo, Irlanda, podría hacer saltar por los aires el proceso de
paz.
Londres comenzará ahora complicadas negociaciones con la
UE, que podrían extenderse dos años y en las que se decidirían las
condiciones de acceso al mercado único.
Escocia,
las grandes ciudades, los pequeños territorios como Gibraltar o las
islas convertidas hace décadas en paraísos fiscales dieron un rotundo
apoyo a la permanencia, incluso con dígitos más elevados de lo que se
esperaba.
Pero lo mismo sucedió con regiones enteras del centro y
el sur de Inglaterra, que arrojaron resultados aplastantemente
antieuropeístas, y sobre todo, superiores en movilización.
Gales,
una región que los expertos aventuraban que podía votar a favor de la
permanencia, acabó por alinearse mayoritariamente por el 'brexit'.
Londres
votó por Europa y lo mismo sucedió con la escocesa Glasgow, con
Aberdeen o Liverpool. Pero el puerto de Dover, ciudades de raigambre
obrera como Blackpool, localidades históricas como Hastings, donde los británicos expulsaron hace casi 1.000 años al último invasor continental, votaron en contra.
Frente
a los territorios que se han beneficiado de décadas de apertura al
mundo, localidades del interior del país y puertos pesqueros daban un
rotundo "no" al 'statu quo' y apostaban por romper los vínculos de más
de 40 años con la UE.
Fue también un nuevo y estrepitoso fracaso para las firmas de sondeos. Al arrancar la noche dos empresas, YouGov e Ipsos-Mori, daban una ventaja al campo europeísta, de 52%-48% y de 54%-46%, respectivamente.
Del lado gubernamental, el silencio era total en las primeras horas de la mañana de este viernes, que amaneció soleado.
La
jornada del referéndum el jueves había sido caótica, con lluvias e
inundaciones en el sur del país. Pero la participación fue del 72%,
signo de una movilización sin precedentes, siete puntos por encima de
las últimas elecciones generales.
"Todos los partidos estaban por
la permanencia. Pero millones de sus partidarios no lo están y eso va a
tener consecuencias", advirtió un político de extrema izquierda, el
veterano George Galloway.
Inmigración,
economía, soberanía, independencia o interdependencia... Todos los
temas salieron a debate y suscitaron pasión y agrias disputas.
"Es una decisión desgarradora, un día terrible para Reino
Unido y para Europa, con inmensas consecuencias", vaticinó una diputada
laborista, Kaith Vaz.
Alentados por la victoria del 'brexit', los líderes ultraderechistas de Francia y Holanda, Marine Le Pen y Geert Wilders, pidieron un referéndum sobre la UE en sus respectivos países.
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