martes, 24 de mayo de 2016

Hillary se ríe de Trump / A.R. Mendizabal *

Hágase. Por Ley número 4238 de la Cámara de Representantes de EEUU, acaban de quedar derogados toda una serie de términos ‘despectivos’. La lista es la siguiente: ‘Negro, indio americano, esquimal, oriental, aleutiano, hispanohablante, de ascendencia española’ y algún otro. Los políticamente correctos, de acuerdo con la nueva Ley: ‘Asiático americano, hawaiano nativo, isleño del Pacífico, africano americano, hispano, puertorriqueño, americano nativo, nativo de Alaska’.

A falta de una aca­demia de la lengua in­glesa, ni en EEUU ni en Gran Bretaña, y sin un dic­cio­nario ofi­cial, la nor­ma­li­za­ción del len­guaje sobre el origen ét­nico de la po­bla­ción, para que nadie se sienta me­nos­pre­ciado, se ha ido asen­tando en el habla po­pular desde hace tiempo. Pero fal­taba co­rregir de­ter­mi­nados apar­tados del cuerpo le­gal, y en ello es­tán. El texto fue apro­bado por 376 a favor y cero en contra en la Cámara, y en el Senado ni si­quiera se votó: hubo con­senso uná­nime.

Esta úl­tima oleada de poner en orden po­lí­ti­ca­mente co­rrecto lo que en la calle ya se ha asu­mido ex­cepto en en­fren­ta­mientos vis­ce­ra­les, ha sido im­pul­sada por Grace Meng, miembro del Congreso por el par­tido de­mó­crata. Nació en Queens, Nueva York, y sus pa­dres son chinos de China. Tras la pro­mul­ga­ción de ‘su’ Ley, se ha mos­trado muy con­tenta: ‘Muchos nor­te­ame­ri­canos puede que no sean cons­cientes de que la pa­labra ‘oriental’ es des­pec­tiva; pero es un tér­mino in­sul­tante que había que bo­rrar de los li­bros, y estoy enor­me­mente sa­tis­fecha de que mi pro­puesta le­gis­la­tiva ahora ya es Ley en todo el país’.

Meng es­tará muy con­tenta, pero loa once mi­llones de sin pa­peles en EEUU no las tienen todas con­sigo. Primero está el can­di­dato matón Donald Trump, que ha pro­me­tido de­por­tarlos a todos y le­vantar una mu­ralla para que no en­tren más. Un plan que es uno de sus mu­chos ta­lones de Aquiles de su cam­paña: hasta re­pu­bli­canos con­ser­va­dores como él dicen que sería un te­rrible des­ca­labro para la eco­nomía del país.

Pero si la bra­vu­co­nada ame­na­za­dora de Trump sería im­po­sible de llevar a cabo como tal, no hay que ir muy lejos para que los in­do­cu­men­tados sientan el pe­ligro en sus pro­pias car­nes. En pleno año elec­to­ral, el Servicio de Inmigración ha di­señado un plan para de­portar a todos los ile­gales que pueda. Las pa­la­bras ile­gal, in­do­cu­men­tado, sin pa­peles y al­guna otra por el es­tilo son en la prác­tica si­nó­nimos de his­pa­nos. Son in­mensa ma­yoría los me­xi­canos y cen­troa­me­ri­canos que li­te­ral­mente se cuelan a diario por unas fron­teras que aunque muy vi­gi­ladas to­davía son po­ro­sas.

El plan está fun­cio­nando a toda má­quina. La media diaria de cap­tura de ‘irregulares’ es de 1.271 per­so­nas. En abril se batió el ré­cord en un mes, con 38.135. En lo que va de año fis­cal, que co­menzó en oc­tu­bre, han sido de­te­nidos un total de 223.900 per­so­nas. Un dato preo­cu­pante por las im­pli­ca­ciones fa­mi­liares es la lle­gada de niños y jó­venes solos pro­ce­dentes de El Salvador, Guatemala, Honduras y por su­puesto, México. La mitad de los ile­gales son me­xi­ca­nos.

En to­tal, la lle­gada de in­mi­grantes ile­gales desde 2010 se acerca a los dos mi­llo­nes. Y se está ace­le­rando, tal vez por miedo a que Trump llegue a la Casa Blanca y de verdad se ponga a cons­truir La Muralla Mexicana. Mientras, Hillary Clinton no deja de azotar al pro­motor in­mo­bi­liario con­ver­tido en can­di­dato con su ver­bo­rrea de ven­dedor de pi­sos. Como este lu­nes: ‘Cuando habla de de­rogar la na­cio­na­lidad por de­recho de na­ci­miento en el país, lo que está di­ciendo es que a niños na­cidos aquí hay que echarlos del único país que co­no­cen; y cuando llama vio­la­dores y ase­sinos a los in­mi­gran­tes, está ha­blando de vues­tras fa­mi­lias’.

La as­pi­rante del par­tido de­mó­crata tam­bién usó el sar­casmo: ‘¿Qué clase de país sería este si de­jamos que Donald Trump des­gaje a nues­tras fa­mi­lias? La eco­nomía de Trump es una re­ceta para menos in­gresos y más deu­das; lle­vará a EEUU a la quie­bra, como ha lle­vado a la quiebra a sus em­pre­sas; pre­gun­taos: ¿cómo es po­sible que nadie pueda perder di­nero ges­tio­nando un ca­si­no?’.


(*) Periodista español


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