FRÁNCFORT.- El Banco Central Europeo planea
empezar a bajo ritmo la compra de deuda corporativa en junio con el
objetivo inicial de atraer a nuevos emisores para elevar progresivamente
las adquisiciones a un volumen mensual de entre 5.000 y 10.000 millones
de euros, dijeron hoy varias fuentes del banco central.
Los bonos corporativos que cuentan con un rating en
grado de inversión han sido los últimos en incluirse en la lista de
activos elegibles del BCE como parte de un programa de compra de 1,74
billones de euros en activos para impulsar el crecimiento en la zona
mediante créditos a bajo coste.
La dificultad estriba en que el mercado de 600.000
millones de euros para este tipo de emisiones está limitado sobre todo a
grandes grupos empresariales en Francia y Holanda que ya disfrutan de
un fácil acceso a la financiación.
En todo caso, el BCE espera que la liquidez
eventualmente vaya llegando a emisores más pequeños en los distintos
países de la eurozona para los que el acceso al crédito es todavía un
problema.
Teniendo en cuenta que este progreso llevará tiempo, el
BCE incrementará el ritmo de adquisiciones de manera gradual sin
ponerse objetivos mensuales, según revelaron siete fuentes próximas al
órgano de decisión del banco central.
"Podría haber grandes fluctuaciones en las compras si conseguimos animar las emisiones", dijo una de las fuentes.
Otra fuente dijo que habría meses en los que las compras se limitarían a unos 1.000 millones de euros.
Francia y Holanda, que suponen el 57 por ciento de los
bonos que el BCE puede comprar según Fitch Ratings, concentrarán
inicialmente el foco de las adquisiciones, dijeron las fuentes.
Pero el banco central espera ampliar el alcance de su programa una vez que aumente la oferta en países como España o Italia.
Una de las pretensiones del programa, de hecho, es
animar a las empresas medianas, que tradicionalmente han limitado su
financiación a los créditos bancarios, a emitir bonos.
El BCE confía en que esta actividad podría a su vez
liberar recursos bancarios y forzar de manera indirecta a los bancos a
buscar clientes entre empresas que son demasiado pequeñas como para
recurrir a los mercados.
Provocar este "efecto goteo" será crucial para que el
programa tenga éxito y para contrarrestar las críticas de que podría
simplemente servir para facilitar más dinero a empresas que ya acceden a
crédito fácil y barato.
Por ejemplo, Fitch explica que los emisores europeos
vendieron bonos con los intereses más bajos de su historia en el primer
trimestre del año, con las empresas de elevados ratings pagando por
debajo de un dos por ciento anual en emisiones a diez años de plazo o
más.
El simple anuncio de las medidas en la segunda semana
de marzo ha impulsado la emisión de deuda. Desde entonces, empresas no
financieras en Europa han aumentado en un 50 por ciento hasta 61.000
millones de euros sus emisiones.
No obstante, la actividad sigue concentrada en las
grandes economías, con Alemania, Reino Unido y Francia concentrado el 70
por ciento de los bonos nuevos este año.
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