FRÁNCFORT.- Mientras el Banco Central Europeo
se desenvuelve por el poco familiar mundo de los tipos de interés
negativos y trata de incentivar a la banca para que conceda préstamos a
empresas y consumidores, comienza a abrirse una brecha divisoria entre
los prestamistas del norte y el sur de Europa.
En los países del norte, la anémica demanda de
préstamos y un sistema financiero con importante liquidez implica que
los bancos asumen la mayoría de los costes. Éstos deben pagar al BCE por
depositar sus fondos al final del día y ni tienen necesidad del dinero
fácil que ofrece.
En los países del sur, los prestamistas están
dispuestos a hacer uso del programa de préstamos del BCE y muchos de
ellos están preparados para conseguir un impulso instantáneo de sus
márgenes de beneficio en cuanto entre en vigor en junio.
Bajo el esquema del BCE, se ofrecerán préstamos a
cuatro años con interés cero. Los bancos que presten a destinan a
hogares y empresas más dinero de un importe prefijado, tendrán una
reducción de un valor mayor que la propia tasa de depósito - en otras
palabras, se les pagará por prestar.
La división norte-sur existente muestra los desafíos a
los que debe enfrentarse una política monetaria unitaria destinada a 19
naciones distinas.
El BCE podría escudarse en los datos que muestran que
los préstamos en la zona euro están creciendo a su mayor ritmo desde
2011 para justificar sus políticas. Pero los bancos alemanes dicen que
están siendo penalizados por medidas que sólo aportan beneficios a sus
homólogos del sur de Europa y advierten de que éstas podrían causar que
el dinero barato fluya hacia el lado equivocado de la economía.
Un portavoz del BCE dijo que los objetivos del programa
eran estimular el crédito bancario en la economía real. "Corresponde
individualmente a los bancos de la zona euro a decidir si quieren
participar".
El director financiero de Commerzbank, Stephan Engels,
dijo a primeros de mes que ningún banco "al norte de los Alpes"
aceptaría el dinero del BCE, una posición que pone como ejemplo la
experiencia del quinto mayor banco de Alemania, HypoVereinsbank (HVB) y
del banco español Sabadell.
Francesco Giordano, director financiero del banco HVB
con sede en Múnich, dijo que el banco ha recibido un fuerte golpe por
los tipos negativos de depósito del BCE, que empezaron a funcionar en
2014 y que después se recortaron por debajo de cero este mes, ya que
añade un coste por la gestión de dinero en efectivo - el negocio de
vigilar el dinero del banco y que los clientes tengan acceso fácil al
mismo.
La visión de HVB refleja la del conjunto de la banca en
Alemania, la mayor economía de Europa, donde la demanda de préstamos se
ha mantenido mayoritariamente plana en los últimos cinco años porque
las empresas ven un alcance limitado para sus inversiones, dándoles
riesgos globales a la economía y un débil crecimiento dentro de su país.
La base de depósitos de HVB creció un 7 por ciento el
año pasado, superando el crecimiento del 3,5 por ciento fijado por su
libro de créditos. Esto se traduce en que el banco ve pocas razones para
participar en el programa del BCE, conocido como TLTRO2. Al mismo
tiempo, HVB está soportando el peso de los tipos negativos porque tiene
pocas posibilidades de aparcar sus excedentes con el banco central.
"Básicamente, la tasa del -0,4 por ciento supone una
pérdida directa para nosotros", dijo el director financiero Giordano a
Reuters.
"En mercados como el alemán, la demanda de créditos ha
sido muy débil. Para los bancos alemanes no es un cambio en el juego
porque ya tenían una posición de liquidez desde el incio".
En España, el programa de préstamos del BCE es una respuesta cada vez más positiva.
Si bien no se espera que los bancos consigan
inmediatamente ofrecer miles de millones de euros de créditos nuevos, la
demanda de préstamos está creciendo al tiempo que España se recupera de
la peor crisis de deuda de la eurozona, una crisis de la que Alemania
ha salido ilesa.
La economía española se está expandiendo a su ritmo más
rápido desde 2008 - El año pasado el PIB creció un 3,2 por ciento - y
los prestamistas están barajando convertir los créditos existentes del
BCE en préstamos nuevos, con tipos preferentes.
El Banco de Sabadell, situado a las afueras de
Barcelona, registró que el total de préstamos en bruto a clientes había
crecido un 21 por ciento en 2015.
"Los créditos nuevos están empezando a repuntar.
Esperamos un crecimiento de las PYME's de entre un 3 y 4 por ciento en
nuestro balance de este año", dijo Albert Coll, director de relaciones
de política bancaria internacional de Sabadell.
Coll estima que el banco podría prestar al menos 21.000
millones de euros a través del programa del BCE, aunque prevé que
finalmente sea una cantidad menor.
Por ahora, Coll dice que Sabadell planea transformar
unos 5.500 millones de euros de créditos existentes del BCE hacia este
nuevo esquema, un movimiento que podría ahorrarle unos 30 millones de
euros en costes derivados de préstamos.
El BCE podrá destinar hasta 1,6 billones de euros a
través de su sistema de préstamo durante los próximos cuatro años.
Analistas de Morgan Stanley estiman que del total, entre 100.000 y
200.000 millones de euros se destinarán principalmente a bancos del sur
de Europa.
Gioardano del HVB advirtió de que la medida del BCE no
incentivará a los bancos que se encuentren en mejores circunstancias
para que expandan su crédito.
"El mayor inconveniente es que no sólo los bancos buenos están teniendo liquidez, sino también los malos", añadió.
Los banqueros coinciden en que los prestamistas del sur
de Europa - los situados principalmente en España, Italia y Portugal -
son los claros ganadores del programa, particularmente pequeños
prestamistas en estos países.
JPMorgan pronostica que los bancos españoles e
italianos verán un aumento de sus beneficios antes de impuestos en una
media del 4 por ciento como resultado de los últimos cambios en política
monetaria del BCE.
El hecho de conseguir acceso a más préstamos con tipos a
cero por parte del banco central ha reducido las preocupaciones sobre
la capacidad de los bancos italianos de financiarse a sí mismos. Las
acciones de la banca italiana se han desinflado debido a las
preocupaciones sobre los 360.000 millones de euros en crédidos dudosos
dentro de su sistema.
El giro del BCE hacia unos tipos negativos ha sido
también objeto de controversia. Los prestamistas de la eurozona han
tenido la opción de pagar para almacenar dinero en el BCE o la de
reservar el dinero en efectivo y pagar por seguridad, seguros y caja
fuerte.
HVB y Sabadell dicen que por ahora no tienen más
remedio que continuar manteniendo el dinero en el banco central debido a
los gastos que genera.
Otras entidades financieras se encuentran buscando otras alternativas.
El banco de Munich dijo la semana pasada que estaba
experimentando un almacenamiento de un monto de millones de euros de
dinero en efectivo en sus cajas, diciendo que la decisión refleja la
"gravedad" del problema de los tipos negativos.
Los prestamistas también se resisten a correr con los
gastos de mantener depósitos de clientes en el BCE. HVB y Sabadell
dijeron que no trasladarán a sus clientes los tipos negativos.
En Alemania, sin embargo, algunos clientes no están
teniendo oportunidades, con las cajas de ahorros informando de un rebote
de la demanda de depósitos seguros.
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