miércoles, 15 de enero de 2014

Las constructoras españolas son aún frágiles pese a su entusiasmo inversor

MADRID.- Las constructoras españolas están inmersas en un proceso de reducción de deuda mediante la venta de activos y se han sometido a una serie de reestructuraciones, lo que ha propiciado fuertes subidas bursátiles en el último año y atraído inversiones de multimillonarios como George Soros y Bill Gates.

Pero otros inversores mantienen la cautela porque los niveles de endeudamiento siguen siendo elevados y el sector de construcción sigue de capa caída tras el estallido de la burbuja inmobiliaria que provocó el mayor derrumbe de la economía española de los tiempos modernos.
El país asomó tímidamente la cabeza de la recesión en el tercer trimestre y la inversión extranjera está regresando, dejando atrás las dudas sobre la capacidad de España para permanecer en el euro que surgieron durante la crisis de deuda soberana.
Aunque constructoras españolas como Sacyr y FCC han hecho progresos en la limpieza de sus balances y en su internacionalización, el mercado doméstico del que todavía dependen sigue en caída libre.
Los títulos de las constructoras cotizadas han perdido cerca del 80 por ciento de su valor desde el techo que tocaron en los años del boom económico, pero han tenido una destacable evolución bursátil en 2013, especialmente Sacyr, con una revalorización del 140 por ciento frente al 21 por ciento que subió el Ibex-35.
Las acciones de FCC han subido un 17 por ciento desde que el fundador de Microsoft, Bill Gates, compró por 113 millones de euros una participación del 6 por ciento en el grupo de construcción y servicios el pasado mes de octubre.
El multimillonario de origen húngaro Soros también compró un 3 por ciento en el grupo presidido por Esther Alcocer Koplowitz, dijo a principios de año una fuente familiarizada con la situación, aunque este extremo no ha sido confirmado oficialmente por ninguna de las partes.
Si es verdad que las grandes empresas del ladrillo han hecho los deberes en sus procesos de desapalancamiento -con ACS por ejemplo reduciendo casi a la mitad sus deudas al cierre de septiembre (5.300 millones sin la deuda asociada a activos en venta)-, todavía muestran dolorosos ratios deuda neta/ebitda, una medida que habla de la capacidad de una compañía para aminorar sus deudas.
Esta ratio de apalancamiento varía de 11 a 62 para las seis principales constructoras españolas cotizadas en comparación con las seis veces que marca la media del sector.La inversión realizada por Gates a través de los fondos Cascade Investment y Bill & Melinda Gates Foundation Trust apenas representa una fracción del patrimonio del multimillonario estadounidense, pero algunos banqueros se mostraron sorprendidos con la compra.
Estos argumentan que hay mejores formas de invertir en las constructoras españolas, a través de deuda en lugar de equity.
Los 'hedge funds' o fondos de alto riesgo están comprando con fuertes descuentos deudas de compañías en reestructuración en manos de la banca acreedora porque las rentabilidades están más garantizadas y son menos volátiles que comprar acciones de una empresa cuyo futuro bursátil depende de la refinanciación de sus pasivos.
FCC está cerca de refinanciar préstamos por cerca de 5.000 millones de euros con 37 bancos acreedores, una de las mayores refinanciaciones de los últimos años en España.Banqueros señalaron que el progreso de estas compañías en la reducción de deuda ha sido fundamentalmente gracias a las exigencias de los bancos de vender activos a cambios de alargar los vencimientos de los créditos.
Sacyr y ACS han tenido que contabilizar fuertes saneamientos contables por sus participaciones en la petrolera Repsol y la eléctrica Iberdrola, respectivamente, donde entraron en pleno boom cuando unas constructoras repletas de caja buscaban incrementar su cartera industrial.
Tanto Sacyr como FCC han puesto a la venta sus negocios inmobiliarios. El grupo presidido por Manuel Manrique ha sacado la deuda de Vallehermoso de su balance, mientras que la compañía dirigida por Juan Béjar ha encargado a Goldman Sachs la venta de su participación en Realia.
Los ingresos del sector de construcción español bajaron un 11 por ciento en los primeros nueve meses de 2013 en comparación con los mínimos ya históricos de 2012, según datos oficiales.
Tanto Sacyr como FCC achacan las caídas en la facturación al desplome en la licitación de obra pública.
Este descenso se produce a pesar del creciente peso en sus negocios de sus contratos extranjeros. Las ventas internacionales de Sacyr y las latinoamericanas de FCC representaron casi una cuarta parte.
Las empresas españoles han conseguido contratos de construcción de alto perfil como el de 6.000 millones de euros para el metro de Riad, en Arabia Saudí, adjudicado a un consorcio de FCC o el de 1.950 millones a OHL para construir una línea ferroviaria de 390 kilómetros en Siberia.
El Gobierno español se implicó rápidamente en el contencioso por sobrecostes en la ampliación del Canal de Panamá que lleva un consorcio liderado por Sacyr, toda una señal de la importancia de los mercados exteriores para las constructoras españolas.
La ministra de Fomento, Ana Pastor, voló inmediatamente al país centroamericano este mes para mediar en la disputa del consorcio GUPC con las autoridades de la vía interoceánica.
De acuerdo con datos oficiales, las constructoras españolas firmaron en 2013 contratos por 35.000 millones de euros, por encima de los 23.400 millones de 2012.
Pero las empresas siguen dependiendo mucho de los ingresos generados en España. Alrededor del 45 por ciento de las ventas de Sacyr son domésticas, frente al 61 por ciento de FCC o el 15 por ciento de ACS.
El Gobierno español espera que el Producto Interior Bruto (PIB) crezca 3 décimas en el cuarto trimestre, el mayor ritmo de crecimiento desde que comenzara la crisis en 2008, pero los analistas dicen que la recuperación será débil y larga.Según las previsiones de los analistas más certeros, FCC tendrá pérdidas de 38,7 millones de euros en 2013 por los saneamientos de su negocio de construcción austriaco y sus activos renovables.
En cuanto a Sacyr, se espera que vuelva al negro con un beneficio de 117,4 millones de euros tras las pérdidas de 2012 por el ajuste de su inversión en Repsol, y ACS registraría un beneficio de 726,4 millones de euros.

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