lunes, 15 de marzo de 2010

La diplomacia del atún rojo, en acción en Doha

DOHA.- La diplomacia del atún rojo trabaja ya en los pasillos de la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES) de Doha, antes de la apertura de las discusiones sobre la propuesta monegasca de suspender las exportaciones de la especie.

"No hay nada decidido. Hay mucha agitación", declaró este lunes Patrick Van Klaveren, embajador de Mónaco en la Convención de la CITES, que se pronunciará de aquí al 25 de marzo sobre la medida que concierne el atún rojo del Atlántico Este y del Mediterráneo.

"Lo que nosotros pedimos es que se deje esa especie tranquila durante cinco o diez años, para darle una posibilidad de evitar la catástrofe anunciada", precisó el embajador.

Pero Japón, que consume aproximadamente el 80% de la pesca mundial de esa especie, o Turquía, país pescador, obran ya contra la propuesta de Mónaco.

"La técnica de 'lobbying' de Japón es temible", estima Van Klaveren. "Tres o cuatro personas de la delegación recorren permanentemente las salas de reunión, dirigiéndose a los países en vías de desarrollo asustándolos respecto al porvenir de sus propias reservas, con comentarios de tipo 'ya les llegará el turno'.

Las islas del Pacífico y Asia son bastante sensibles" a esos argumentos, explicó. "Los amenazan", recalca Sue Lieberman, directora política del Pew Environment Group.

El domingo, la delegación japonesa organizó un encuentro con países africanos. "Estamos acostumbrados", contó un delegado africano. "Ellos hacen lo mismo antes de cada comisión ballenera. La última vez, llevaron incluso a diez delegados de Guinea a Chile, con todos los gastos pagados", agregó.

Sin embargo, aunque no presentó contrapropuesta, "Japón no es favorable a continuar la explotación al ritmo actual", recalca Van Klaveren. "Hemos recibido ciertas señales de la industria japonesa, que está muy preocupada por el riesgo de hundimiento de las reservas", añadió, citando una firma como Mitsubishi, que posee aproximadamente el 60% de las 55.000 toneladas de atún rojo congelado en Japón.

Las ONG alertaron también a Van Klaveren sobre "la actividad" desplegada por Túnez, país pescador de atún, entre los miembros de la Liga Árabe (22 países) para convencerlos de que voten contra el proyecto de resolución de Mónaco. Lo que confirma Wael Hmaidan, de la organización libanesa IndyAct, que trató este lunes de organizar una reunión entre Van Klaveren y la delegación tunecina.

Esta se declara "escandalizada" por tal sospecha: "Todo el mundo se activa. Nosotros hemos expresado nuestra posición, sin hacer nada para que otros la compartan", aseguró Jaled Zahlá, que dirige la delegación tunecina. Tunez "se opondrá a toda inscripción del atún en la CITES", dijo, sosteniendo que "éste no es un asunto de la CITES, sino de la ICCAT", la Comisión Internacional para la Conservación de los atunes del Atlántico.

Monaco desearía que la Unión Europea se implicara más en defensa de su posición, que apoya oficialmente aunque con una aplicación diferida hasta los próximos trabajos científicos de la ICCAT, previstos en noviembre.

Pero la UE está dirigida actualmente por España, uno de los principales países pescadores de atún, junto con Francia e Italia. Y de hecho, según uno de sus delegados, la UE tiene no pocas dificultades en ponerse de acuerdo sobre el caso.

Hasta el momento, Mónaco puede contar (además de los 27 de la UE) con el apoyo de Estados Unidos, de Noruega, de Suiza, de Colombia, de Costa Rica, de Ecuador y de Serbia. Pero, según fuentes europeas, "Canadá, Australia y Brasil se abstendrán, y África del Oeste está indecisa todavía".

En cuanto a China, es, como Japón, más bien hostil a que la CITES se inmiscuya en la gestión de las especies marinas comercializadas, señaló Sue Lieberman.

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