lunes, 15 de marzo de 2010

China, principal socio económico de Irán gracias al embargo occidental

PEKÍN.- China se ha convertido en el principal aliado económico de Irán, con importantes inversiones en el sector petrolero, aprovechando el repliegue de los países occidentales tras la imposición de sanciones internacionales a Teherán por su polémico programa nuclear.

El caso nuclear iraní es uno de los temas de la agenda del ministro de Relaciones Exteriores británico, David Miliband, en la visita que inició este lunes a China, miembro permanente del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, al igual que su país.

El 2009, el coloso asiático se convirtió en el principal aliado comercial de Irán, con 21.200 millones de dólares de intercambios, contra tan sólo 14.400 hace tres años, lo cual confirma el fortalecimiento de unas relaciones prácticamente inexistentes hace 15 años (400 millones de dólares en 1994).

El embargo occidental hizo posible su desarrollo. Según la prensa, las compañías chinas proporcionaron el año pasado el 13% de los bienes importados directamente por Irán (cerca de 8.000 millones de dólares) y probablemente otro tanto por vía indirecta, a través de los Emiratos Árabes Unidos.

China desbancó a Alemania, principal abastecedor de Irán durante más de dos décadas y, en la opinión de un experto europeo, los intercambios sino-iraníes proseguirán su tendencia alcista en 2010, gracias a la reactivación de la economía mundial.

Las empresas chinas firmaron contratos importantes, como la construcción de una autopista entre Teherán y el mar Caspio. Pero donde entraron realmente fue en el ámbito energético, aprovechando el vacío dejado por las compañías occidentales. Teherán no es más que el tercer abastecedor de crudo de China (11,4% de las importaciones chinas en 2009), muy por detrás de Angola y de Arabia Saudí.

Pero con entre 15.000 millones y 20.000 millones de dólares en contratos firmados y otro tanto en vías de negociación -según estimaciones de expertos petroleros en Teherán-, China ha pasado a ser el principal inversor extranjero en Irán.

"Ya no queda más que Pekín en invertir masivamente en Irán. Las presiones políticas, los problemas de financiación a causa del embargo bancario y una rentabilidad financiera incierta disuadieron a las principales compañías occidentales que operan en Irán", destaca un experto que pidió el anonimato.

CNPC/Petrochina se involucró en 2009 en dos proyectos petroleros en el Juzistán (suroeste de Irán) y en uno de gas en el yacimiento de South Pars, en el Golfo. Y Sinopec, principal compañía china de refinado, forma parte desde 2007 de un proyecto para la explotación del campo petrolero de Yadavaran, en el Juzistán.

Las compañías chinas también multiplicaron los contratos para la modernización de la producción y el refinado de Irán, señalan los expertos. El diario Financial Times añade que suministran un tercio del combustible que importa por falta de capacidad de refinado.

Pero "hacen frente a una cierta desconfianza, y a barreras culturales y lingüísticas fuertes", advierte Hatef Haeri, director general de la empresa de información económica Bedigest.com.

Además no está claro que Pekín vaya a sacrificar sus intereses comerciales con Estados Unidos, Europa o Japón por Irán, estima Zhu Weilie, especialista en Oriente Medio de la Universidad de Estudios Internacionales de Shanghai.

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