domingo, 19 de abril de 2009

Los bancos norteamericanos empiezan a devolver a Obama el dinero de los planes de rescate

NUEVA YORK.- Varias de las principales entidades financieras norteamericanas se están planteando empezar a devolver, lo antes posible, los fondos recibidos por parte del Gobierno en el plan de rescate de los mercados aprobado el pasado mes de octubre. El primero en abrir la veda ha sido Goldman Sachs, pero otros han anunciado que piensan seguir sus pasos. Es más, a principios de mes, cinco pequeños bancos habían hecho pública esta medida, e incluso uno, el Signature Bank de Nueva York, ya ha devuelto 120 millones de dólares, dice hoy 'El Mundo'.

La razón aducida por Wall Street, que ya empieza a ver la luz al final del túnel, es que las condiciones impuestas por el Gobierno para acceder a la concesión de fondos son tan perjudiciales que no compensa ser receptor de la ayuda. Entre ellas, figuran topes a las remuneraciones de los altos ejecutivos, la prohibición de utilizar los fondos para distribuir dividendos, y restricciones a la contratación de trabajadores extranjeros altamente cualificados.

Por esta razón, Bank of America se ha visto obligado a retirar las ofertas de trabajo que había hecho a 50 personas de nacionalidad extranjera, mientras Wells Fargo ha anunciado a sus empleados que está planteándose reducir el número de personas en plantilla, llegadas bajo el programa que permite la concesión de visados de trabajo a ciudadanos extranjeros con un alto nivel de formación.

Además, existe entre los banqueros una gran desconfianza hacia la clase política norteamericana y se critica el hecho de que las condiciones a las que están sometidos los receptores de fondos públicos varían constantemente, en función de los cambios de la temperatura política en Washington.

Y es que las relaciones entre Wall Street y la Casa Blanca están por los suelos. A raíz del escándalo de los bonus de AIG, que despertó las iras de una población que ya no veía con buenos ojos el uso del dinero de los contribuyentes para rescatar a los bancos, el presidente endureció su retórica contra las entidades financieras.

Esta misma semana, Obama mostró su recelo hacia las entidades bancarias e instó al país a liberarse de la dependencia de los EEUU de los mercados financieros, en un discurso centrado en la situación económica del país realizado en la Universidad de Georgetown. El presidente aseguró que el crecimiento sostenible no se puede obtener si se construye sobre una asunción de riesgos «temeraria» y una avaricia excesiva, en referencia al comportamiento de la banca durante los últimos años.

Con un punto de sorna, anunció que quería introducir un «concepto nuevo» en el mundo de las finanzas, «vincular el salario de alguien al resultado real de su trabajo», y reiteró su voluntad de aprobar nuevas y más exigentes regulaciones de los mercados financieros antes de final de año.

No obstante, algunos analistas consideran que el movimiento de los bancos podría estar motivado no tanto por las restricciones del Gobierno, ni la retórica anti-Wall Street de los demócratas, sino por la voluntad de dar una imagen ante los inversores de solvencia. Según estos, esta dinámica podría ser peligrosa porque, para no ser menos, empujaría a algunos bancos a devolver también los fondos de forma prematura, a pesar de no haber consolidado su posición.

«No hay duda que [el retorno de los fondos] va a poner presión sobre otras instituciones para que devuelvan el dinero, para que sean percibidas como sólidas en los mercados crediticios», sostiene Sean Egan, presidente de una compañía que realiza ratings de bancos.

Este lunes, Goldman Sachs fue la primera gran institución financiera en empezar a realizar los pasos necesarios para devolver el dinero al Estado, y ha hecho una llamada a inversores privados para acumular los 5.000 millones de dólares (cerca de 4.000 millones de euros). Dos de los otros grandes bancos norteamericanos, JP Morgan y Bank of America, se han mostrado dispuestos a hacer lo propio. Goldman recibió un total de 10.000 millones de los 310.000 millones de dólares -unos 240.000 millones de euros-, ya desembolsados por el Gobierno del paquete de ayuda aprobado por el Congreso.

Sin embargo, una cosa es tener la voluntad de devolver el dinero prestado y otra la capacidad de realmente poder hacerlo. En estos momentos no está claro que ese sea el caso de muchos de los bancos norteamericanos. Ni tan siquiera es evidente que Goldman Sachs, que ha obtenido unas cuentas de resultados mejores de lo esperado en el primer trimestre del 2009 -1.600 millones de dólares de beneficio-, pueda hacerlo.

Para empezar, es necesario que sean positivos los resultados de la prueba de stress que el Gobierno está realizando a los bancos, para comprobar hasta qué punto son solventes. En caso de que sea así, las entidades deberán negociar el retorno de los fondos con el Departamento del Tesoro, la Reserva Federal y la FDIC, la entidad que asegura las cuentas de ahorros de los norteamericanos.

Desde la Administración, se desconfía de la solvencia de la que presumen algunas entidades financieras. Según se ha filtrado a la prensa, en una reunión entre Obama y los principales banqueros del país esta misma semana, el presidente intentó disuadirles de que devolvieran el dinero tan pronto comparando su situación a la de un enfermo que está siendo tratado con antibióticos.Sólo porque se empieza a sentir mejor, no debe dejar de tomarlos.

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