domingo, 19 de abril de 2009

China confronta problemas con sus gigantescos proyectos

PEKÍN.- Es el último intento de China por dominar la naturaleza. Se trata de tres canales que llevarán agua a cientos de miles de personas en Pekín y otras sedientas ciudades del norte. Y más de 350.000 personas deberán evacuar sus tierras.

Para muchas personas en Zhangyigang, una aldea de 942 habitantes en el centro de China, será la segunda vez que son desalojadas de su tierra. A fines de la década de 1950 y comienzos de la del 60, fueron desplazadas a zonas más altas cuando fue construida una represa en el río Han para crear el embalse de Danjiangkou, que sumergió viviendas y templos. Ahora, la próxima escala es Dengzhou, una ciudad situada a 50 kilómetros (30 millas) al este, mientras se construye la represa.

Expertos y defensores del medio ambiente dicen que China debería abandonar sus proyectos gigantescos y pensar más en la conservación de sus recursos.

Eso, sin embargo, no resulta fácil en un país con una prolongada historia de gigantescos proyectos. Cuando China quiso impedir el ingreso de invasores de otras regiones, construyó la Gran Muralla. Cuando quiso enviar arroz a otras partes, construyó el Gran Canal, de 1.800 kilómetros (1.100 millas) de largo. Cuando necesitó electricidad, construyó la Represa de los Tres Desfiladeros, que concluyó en el 2006.

"En los estados donde existe un monopolio del poder político, se suelen proponer ese tipo de grandes soluciones en materia de ingeniería", dijo David Pietz, profesor de la Universidad del Estado de Washington, que ha estudiado las pautas en materia de provisión de agua del gobierno comunista de China, que llegó al poder hace 60 años.

Las alternativas incluyen usar agua de manera más eficaz, como desalinizar el agua de mar y reciclar el agua servida.

Hay señales de que funcionarios del gobierno, muchos de ellos ingenieros, han comenzado a escuchar a sus críticos.

El tramo de canal más costoso y difícil ha sido postergado mientras se efectúan más estudios, luego que científicos cuestionaron su viabilidad. Otro tramo fue postergado cuatro años para suavizar el proceso de reasentamiento.

Y tal vez más importante, un alto funcionario admitió que el proyecto no calmará la sed del norte durante mucho tiempo.

"Sólo puede ser un complemento para la escasez de agua en el corto plazo", dijo Zhang Jiyao, ministro a cargo del proyecto de agua. "Lo más importante es ahorrar agua".

Fue Mao Zedong, fundador de China comunista, quien propuso en 1952 el primer proyecto de canal, señalando que el húmedo sur debía compartir el agua con el árido norte. La parte norte de China, densamente poblada, y que incluye Pekín, tiene apenas un 8% de los recursos de agua del país.

El resultado es un proyecto estimado en 62.000 millones de dólares, más costoso que la Represa de los Tres Desfiladeros. Transferirá 45 billones litros (12 billones de galones) de agua del río Yangtze y sus tributarios a plantaciones de trigo y a ciudades del norte en rápido crecimiento.

La ruta oriental, que será concluida en el 2013, sigue la trayectoria del Gran Canal, que fue completado hace unos 1.400 años. Usará estaciones de bombeo para elevar el agua 40 metros (130 pies) antes de descender en la ciudad costera de Tianjin.

La ruta occidental ha sido postergada, mientras se realizan ulteriores estudios. La propuesta actual es represar tres ríos en la meseta tibetana y socavar un túnel de más de 90 kilómetros (60 millas) de extensión a través de una montaña.

La ruta central, donde las tareas se iniciaron en el 2002, tomará agua del embalse Danjiangkou, a través de tres provincias, para abastecer a Beijing con una cuarta parte del agua que requieren sus habitantes. El agua también llegará a otras 20 ciudades. En total, casi 400.000 personas tendrán que abandonar sus viviendas y mudarse a otra parte.

De manera creciente, los costos a nivel humano y ambiental están planteando críticas.

La Represa de los Tres Desfiladeros, el proyecto hidroeléctrico más grande del mundo, obligó a desplazar a más de 1,4 millones de personas. Sus poblaciones fueron inundadas por un embalse de 660 kilómetros (410 millas) de largo que la represa creó en el medio del río Yangtze.

Científicos chinos dicen que el agua represada por el dique ha afectado la geología, y ha causado erosión en colinas circundantes. Los residentes locales se han quejado de avalanchas, pero el gobierno niega que eso sea resultado de la construcción de la represa.

Entre tanto, defensores del medio ambiente dicen que dar más agua a los habitantes de Pekín sólo los alentará a despilfarrarla.

Wen Bo, que se opone al proyecto, señaló que las autoridades deberían concentrarse en reducir el uso ineficaz del agua y en preservar bosques y pantanos, que actúan como embalses naturales.

"Esa idea de usar este mega proyecto como solución para resolver problemas de escasez de agua no es el enfoque correcto", dijo Bo, director del programa de China de Pacific Environment, un grupo de defensa del medio ambiente con sede en California.

"Es necesario un enfoque concentrado en la ecología para lidiar con ese sistema", añadió.

"Hay que ver a China como un ecosistema, no como una mesa donde trabajan ingenieros".

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