lunes, 22 de diciembre de 2008

Marruecos: ¿inversiones o “escudos” empresariales? / José Luis Navazo

No es de recibo que, encima con la RAN de cuerpo presente, agitadores profesionales aticen el fuego delante del Consulado General de España en Tetuán, la única delegación diplomática de la capital de la “Yebala” y que se ha convertido en diana habitual; en la pasada acción organizado por los corifeos que arropan a un oscuro personaje salpicado por el 11-S y el 11-M llegó a estar, solidarizándose, un colega, El Hossine Majdoubi, habitual en las páginas del semanario “La Verité” y cuya interesante presencia perfila varios interrogantes.

También están los enredos de Bab Sebta. Escribí un día que tenía mis dudas sobre las órdenes al respecto de Rabat, claro que también la política seguida está por encima de las atribuciones del responsable de la misma.

En todo caso se van atisbando dos consecuencias, una inmediata y otra a corto plazo: la primera sería la reticencia por parte de los ceutíes (no solo de los musulmanes) en pasar a Marruecos: las compras en Castillejos han disminuido notablemente (con lo que se refuerza el comercio de comestibles en la ciudad), a la vez que decenas de personas, ilusionadas, que habían comprado su apartamentito en una de esas coquetonas urbanizaciones de la costa… pues lo están poniendo a la venta.

Conociendo el terreno, tampoco me extrañaría (ya pasó con la “marroquinización” de la década de los sesenta impulsada por el sátrapa Hassan II) una aviesa maniobra y, de acuerdo, lo escribo con mala leche: “vamos a apretar un poco más las tuercas y luego quedarnos, a precio de ganga, con las compras de esos estúpidos españoles de Ceuta. ¡Mira que hay que ser tontos para invertir y confiar en Marruecos”. Porque, saben, se están poniendo a la venta decenas de apartamentos y chalecitos comprados por “caballas”.

Lo dicho y así extrapolando… ad infinutum. Es decir, ¿hasta qué punto todo el tejido empresarial español, ese presunto “colchón de intereses”, no puede convertirse en un momento dado en rehén, en escudo empresarial, de la situación…?.

En cuanto a Ceuta, ciudad querida, puede fácilmente devenir en un sui géneris “Fort Apache”, mientras no es descartable que un buen puñado de conciudadanos musulmanes marchen, un buen día, hacia El Tarajal y, justo en la línea, corten el paso fronterizo enarbolando banderas rojas y gualdas, así como lo leen. ¿Es esto lo que anda buscando Marruecos…?

Pues en Rabat se van a llevar un segundo susto… porque el primero ya lo tienen en el cuerpo desde que han comprobado que sus influencias en la comunidad musulmana de Ceuta están a la baja… Ya se lo comenté yo en alguna ocasión pero ellos, nuestros vecinos marroquíes, andan en el fondo más despistados que un pulpo en un garaje y con la imagen del país y sus gentes, en lo que a España se refiere, por los suelos.

En lugar de tanto criticar bien podían pararse un momento, inspirar profundamente y estudiar qué está pasando, arbitrando soluciones, que ya está bien de echar la culpa a la Reconquista, el Colonialismo y las pintorescas fiestas, tan turísticas, de “Moros y Cristianos”.

Por cierto y cambiando de tercio, ¿cómo va el gasoducto, directo, entre Argelia y España…?. Porque con él en marcha nuestros queridos amigos de Rabat se quedarán sin una formidable carta del “Gran Juego” (gracias por el préstamo, Kipling) en las procelosas y espesas relaciones hispano-marroquíes.
www.elpueblodeceuta.es

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