Así, la correlación positiva entre la evolución de la renta y el gasto en consumo hace que las expectativas de ventas minoristas para el próximo año sean a la baja, con tendencia a la recuperación a medida que tanto el PIB como las expectativas del consumidor vayan mejorando.
No obstante, la contención de los precios de las materias primas, el menor crecimiento económico internacional, la caída en el precio de los carburantes, así como el gasto selectivo por enseñas y productos (marcas blancas) son elementos positivos que están jugando y jugarán un papel fundamental en las ventas de distribución minorista, según el Ejecutivo.
Por su parte, la evolución actual de los precios de los alimentos indica que se espera una moderación de la inflación para los próximos meses, ya que la tasa de variación del IPC para el mes de septiembre ha sido nula.
A medio y largo plazo, el Gobierno considera que la evolución del sector de la distribución comercial y sus formatos dependerán de variables de tipo estructural. La forma en que la demanda del consumidor y sus preferencias se articulen en cuanto a las pautas de compra en establecimientos, será una variable clave, según la respuesta del Gobierno, para la evolución a largo plazo de las estructuras y formatos en el comercio interior.
Entre los comercios a los que más afectará la crisis se encuentra el de alimentación, bebidas y tabaco, le siguen el de frutas y hortalizas, la carne, los pescados y mariscos, el pan y los productos de panadería, bebidas alcohólicas, lácteos huevos y conservas de frutas, entre otras. En segundo lugar, destacan el comercio de telas, vestido y calzado, y el de equipamiento del hogar (muebles y electrodomésticos).
No hay comentarios:
Publicar un comentario