En la semana que finaliza, el índice Dow Jones se hundió un 18%, a 8.451,19 puntos, un retroceso de más de 1.800 unidades. El Nasdaq, de fuerte componente tecnológico, se desplomó un 15,3%, a 1.649,51 puntos, y el índice Standard and Poor's 500 lo hizo un 18,2%, a 899,22 unidades.
"El mercado está dirigido más por la emoción que por una lógica fundamental", se lamentó Sam Stovall, de Standard and Poor's.
Los pisos simbólicos fueron sobrepasados rápidamente: para el índice Dow Jones, los 10.000 puntos fueron alcanzados el lunes, los 9.000 el jueves y los 8.000 el viernes. La caída libre llegó al 22,1% en lo que va del mes. El Dow registró el jueves una bajada histórica: -7,33%
De manera totalmente inusual, los inversores abandonaron el mercado obligatorio, generalmente un refugio en tiempos de crisis, en razón de las características poco arriesgadas de los títulos de la deuda pública.
Los rendimientos, que evolucionan en sentido inverso a los precios, progresaron: los del bono del Tesoro a 10 años, aumentaron un 3,861%, contra un 3,644% del pasado viernes, y los a 30 años a un 4,137%, contra un 4,123%.
La próxima semana, la publicación de una serie de indicadores económicos -ventas minoristas, producción industrial y crédito al consumo-, generalmente muy esperados en Wall Street, deberán pasar a un segundo plano.
"Los elementos fundamentales probablemente no le importen mucho al mercado actualmente, porque hay mucho más a lo que se están enfrentando que no tiene nada que ver con el valor de las compañías", indicó Marc Pado, de Cantor Fizgerald. A su juicio, las estadísticas que se divulgarán la semana entrante, serán de todas maneras negativas, por la degradación del clima económico.
Los operadores de mercado se han mostrado claramente insatisfechos por las medidas tomadas hasta el momento: ni el anuncio de la compra de títulos del Tesoro por la Reserva Federal estadounidense, ni la acción concertada de siete grandes bancos centrales para bajar sus tasas, ni la nacionalización de bancos en varias partes del mundo han diluido los temores.
El mercado se ha mostrado incapaz de crecer, con bajadas casi todas las jornadas por las ventas masivas de los fondos de inversión para reembolsos a sus clientes.
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