domingo, 19 de octubre de 2008

Rusia 'gasea' la crisis con los petródólares de la era Putin

MOSCÚ.- Las gráficas bursátiles de Moscú marcan estos días pendientes escarpadas dignas de una montaña rusa, pero el Kremlin no sólo disimula su vértigo, sino que incluso sonríe para la foto, tal como lo ve hoy "El Mundo".

Aunque en las últimas dos semanas las bolsas de Moscú (RTS y Micex) han registrado las caídas más pronunciadas de todos los mercados bursátiles occidentales (en lo que va de año la capitalización del mercado ruso ha bajdo cerca de un 60%), la muralla del Kremlin no cede, ni parece que vaya a hacerlo, al empuje del pesimismo.

Con un mullido colchón de más de 500.000 millones de divisa acumuladas durante los últimos ocho años gracias a los altos precios del crudo y del gas, Rusia hace frente al crash financiero con ánimo paternalista.

El Gobierno ha anunciado recientemente un desembolso de 5.000 millones de euros para proteger la banca y no escasean gestos tan desconcertantes como el préstamo anunciado de 4.000 millones de dólares que podría conceder a Islandia, operación detrás de la que algunos analistas entreven intereses geoestratégicos en las aguas polares.

Los expertos menos optimismas creen, por el contrario, que el zar está desnudo y hace mal en intentar ocultar las desnudeces de su economía sólo con el escudo del barril de petróleo.

Si durante la devaluación del rublo de 1998 (la última gran crisis económica de la Rusia poscomunista) el Estado ruso carecía de liquidez debido a los bajos precios de los hidrocarburos, una década después Moscú saca pecho.

«La crisis mundial afecta sobre todo a las empresas rusas que pidieron activamente créditos al extranjero, y se manifiesta en la caída de las bolsas y en la huída de capital del mercado ruso, pero en esto no hay nada excepcional. Lo excepcional es que Rusia es el tercer país en el mundo por reservas de capitales, ahora tiene 560.000 millones de dolares, y eso nos ayudará a sobrellevar la crisis», asegura Leonid Slipchenko, analista especialista en sistemas bancarios de la compañía financiera Uralsib.

No todos los economistas comparten el triunfalismo oficial del régimen, y algunos llaman la atención sobre la poca diversificación de la economía y su peligrosa dependencia parasitaria de las materias primas. Es el caso de Leonid Radzijovski, analista y columnista del diario Rossikaya Gazeta, que no cree en la superioridad de la economía rusa y vaticina una recesión debido a la caída de los precios del petróleo, del gas y de los metales.

«Rusia es respecto a Occidente como una lente de aumento: si Occidente crece en Rusia se registra un crecimiento mayor, pero si en Occidente hay una crisis en Rusia esta caída será peor», explica.

Mientras las televisiones estatales del país (que lo son todas) tratan la crisis sin alarmismo, evitando pronunciar palabras como «pánico» o «caída», según un estudio de Gazeta.ru, los efectos del torbellino financiero se dejan notar cada día en los bolsillos de los oligarcas: las 25 primeras fortunas de Rusia habrían perdido el 60% de sus beneficios en bolsa desde mayo.

«Los bancos tienen dinero, pero también tienen mucho miedo de prestarlo y aumentan los intereses en la concesión de créditos para apartamentos y coches. En las empresas se preparan reducciones de personal. No subirán los salarios. La peor situación se da en la construcción, el comercio, la industria y el sector inmobiliario.Los precios estratosféricos del inmueble no cayeron en Moscú, pero el mercado se paró. No hay mercado. Los precios aquí son virtuales», explica Radzijovski.

En el país donde se forjó la primera economía planificada del planeta, la intervención del Estado (cuyo papel ha reforzado notablemente Vladimir Putin en los últimos ocho años) no choca tanto como en Estados Unidos, donde la reciente nacionalización de los bancos privados anunciada por George W.Bush viene a ser como la versión opuesta de la Nueva Política Económica de la época de Lenin.

Las caras de la crisis hipotecaria

ALEXEI MORDASHOV

SEVERSTAL

Este multimillonario de 43 años es el principal accionista de Severstal, la segunda metalúrgica de Rusia con sede en la ciudad septentrional de Cherepovets. La empresa, que ha perdido desde mayo 19.200 millones de dólares de su valor en bolsa, patrocina al Teatro Bolshoi, al Mariinski y a la Galeria Tretiakov, entre otras instituciones culturales.

ROMAN ABRAMOVICH

EVRAZ

El propietario del Chelsea y accionista principal del grupo siderúrgico Evraz, ha perdido más de 20.000 millones de dólares por las caídas bursátiles. En 2006 vendió sus acciones de la petrolera Sibneft a Gazprom por 13.000 millones de dólares. Acaba de ser elegido diputado en la región remota de Chukotka, de la que había sido gobernador hasta el pasado julio.

VLADIMIR POTANIN

NORILSK NICKEL

En las subastas de empresas estatales de 1995 adquirió el 38% del gigante Norilsk Nickel, empresa puntera cuyo valor en Bolsa se ha reducido en 19.100 millones de dólares desde mayo. Preside el consejo de directores de Interros, holding que abarca empresas metalúrgicas, petroleras y agrícolas. En 2002 compró el Cuadro negro de Malevich para el Ermitage.

VLADIMIR LISIN

NOVOLIPETSK STEEL

El valor de Novolipetsk Steel (de la que posee el 85% de las acciones) ha caído 22.000 millones de dólares. Lisin encabeza el Club de Caza de Rusia. Desde 1993 ha ocupado puestos preeminentes en los consejos de dirección de metalúrgicas como NLMK o MMK.Hace poco compró BetaSteel, localizada en Indiana (EEUU).

OLEG DERIPASHKA

RUSAL, GAZ Y STRABAG

El zar del alumino y hombre más rico de Rusia ha encajado desde el pasado mayo unas pérdidas de 16.000 millones de dólares derivadas de la caída en Bolsa de sus empresas RusAl (aluminio), GAZ (automoción) y Strabag (construcción). En 2007 desbancó a Abramovich del primer puesto en la lista de los más adinerados de Rusia elaborada por la revista Forbes.

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