CASTELLÓN.- La provincia de Castellón ha triplicado en el último año la potencia instalada en energía solar. Al cierre de 2007, Castellón contaba con instalaciones capaces de obtener algo más de 5.000 kilovatios, mientras que en el presente ejercicio la cifra se ha incrementado en 11.732 kilovatios, con lo que actualmente se generan 17.135.
Este dato viene acompañado por otro espectacular incremento en el número de instalaciones, puesto que mientras apenas había 146 en 2007, actualmente se han contabilizado 302 en la provincia, lo que supone un aumento de más de un 100% de las mismas.
En la actualidad se están tramitando un centenar más de proyectos de este tipo, tanto en suelo -lo que se conoce también como huertos solares-, como en cubierta o en tejados. Estas últimas suelen estar situadas, principalmente, en naves industriales.
Las nuevas actuaciones, que se realizarán en localidades como Vila-real, Benassal, Morella u Onda, sumarían una potencia de 15.000 kilovatios más, lo que casi duplicaría la potencia obtenida en este momento.
Respecto a la ubicación de los paneles, cabe destacar que los huertos solares obtienen 12.355 kilovatios, unas tres cuartas partes del total, frente a los 4.780 que se consiguen por medio de las instalaciones situadas sobre tejados.
No obstante, este fenómeno es relativamente reciente en Castellón. Hace tan solo cinco años, en 2003, se puso en marcha la primera instalación que no llegaba a sacar más de un kilovatio. Esta cifra ha ido aumentando en clara progresión desde entonces.
La Plana Alta es la comarca que más ha optado por las placas solares, con 120 plantas que producen 7.047 kilovatios, seguida por La Plana Baixa con 49 y 2.698. Tras ellas, el Baix Maestrat cuenta con 30 que producen 801 kilovatios, y las comarcas de l'Alcalatén y l'Alt Maestrat con 27 cada una, que producen 2.195 y 1.604 respectivamente.
Els Ports posee 26 más con una potencia de 879 kilovatios y en el Alto Palancia hay 23 que producen 1.912. Tan sólo el Alto Mijares no tiene aún en marcha ninguna actuación de este tipo, según los últimos datos de la Agencia Valenciana de la Energía.
En este momento, la provincia cuenta con huertos solares en Azuébar, Atzeneta, Cabanes, Onda, Benassal, Vilar de Canes y Coves de Vinromà. Este último municipio es el que ha apostado con mayor fuerza por este tipo de energía de toda la Comunidad Valenciana, ya que cuenta, además, con seguidores solares instalados. Éste es un tipo de paneles que se mueven al igual que lo hace el sol para poder captar su luz con la mayor intensidad posible a lo largo del día.
La industria fotovoltaica ofrece, en cualquier caso, distintos diseños que cubren todo tipo de necesidades. Las más pequeñas obtienen unos tres kilovatios, y se aplican en residencias rurales, hechas por particulares con una motivación, generalmente, medioambiental.
Las medianas que sacarían una potencia de alrededor de 30 kw suelen integrarse en la arquitectura de los edificios, tanto para pequeñas comunidades de vecinos como para edificios emblemáticos.
No en vano, los arquitectos más innovadores apuestan por incluirlas en sus proyectos. Una actuación de este tipo podría cubrir las necesidades energéticas diez viviendas medias con dos o tres habitantes.
Las grandes son, generalmente, instalaciones conectadas a red, de superficie más extensa y promovidas, por lo general, por empresas. Pueden obtener una potencia media de 300 kw, lo suficiente para cubrir el consumo energético de un edificio de tipo medio.
Por último, las más llamativas son las centrales fotovoltaicas, que pueden sacar potencias de hasta 3.000 kw. Podrían llegar a cubrir las necesidades de poblaciones pequeñas o urbanizaciones de 500 vecinos.
Pese al auge fotovoltaico, desde el sector provincial se teme la inminente aprobación por parte del Ministerio de Industria del nuevo reglamento que regulará la actividad de instalaciones fotovoltaicas y que afectará a su producción y beneficios.
Y es que el borrador prevé una reducción de las primas por energía generada en un 30% y limitará la instalación de potencia a 300 megavatios al año para toda España.
Este dato viene acompañado por otro espectacular incremento en el número de instalaciones, puesto que mientras apenas había 146 en 2007, actualmente se han contabilizado 302 en la provincia, lo que supone un aumento de más de un 100% de las mismas.
En la actualidad se están tramitando un centenar más de proyectos de este tipo, tanto en suelo -lo que se conoce también como huertos solares-, como en cubierta o en tejados. Estas últimas suelen estar situadas, principalmente, en naves industriales.
Las nuevas actuaciones, que se realizarán en localidades como Vila-real, Benassal, Morella u Onda, sumarían una potencia de 15.000 kilovatios más, lo que casi duplicaría la potencia obtenida en este momento.
Respecto a la ubicación de los paneles, cabe destacar que los huertos solares obtienen 12.355 kilovatios, unas tres cuartas partes del total, frente a los 4.780 que se consiguen por medio de las instalaciones situadas sobre tejados.
No obstante, este fenómeno es relativamente reciente en Castellón. Hace tan solo cinco años, en 2003, se puso en marcha la primera instalación que no llegaba a sacar más de un kilovatio. Esta cifra ha ido aumentando en clara progresión desde entonces.
La Plana Alta es la comarca que más ha optado por las placas solares, con 120 plantas que producen 7.047 kilovatios, seguida por La Plana Baixa con 49 y 2.698. Tras ellas, el Baix Maestrat cuenta con 30 que producen 801 kilovatios, y las comarcas de l'Alcalatén y l'Alt Maestrat con 27 cada una, que producen 2.195 y 1.604 respectivamente.
Els Ports posee 26 más con una potencia de 879 kilovatios y en el Alto Palancia hay 23 que producen 1.912. Tan sólo el Alto Mijares no tiene aún en marcha ninguna actuación de este tipo, según los últimos datos de la Agencia Valenciana de la Energía.
En este momento, la provincia cuenta con huertos solares en Azuébar, Atzeneta, Cabanes, Onda, Benassal, Vilar de Canes y Coves de Vinromà. Este último municipio es el que ha apostado con mayor fuerza por este tipo de energía de toda la Comunidad Valenciana, ya que cuenta, además, con seguidores solares instalados. Éste es un tipo de paneles que se mueven al igual que lo hace el sol para poder captar su luz con la mayor intensidad posible a lo largo del día.
La industria fotovoltaica ofrece, en cualquier caso, distintos diseños que cubren todo tipo de necesidades. Las más pequeñas obtienen unos tres kilovatios, y se aplican en residencias rurales, hechas por particulares con una motivación, generalmente, medioambiental.
Las medianas que sacarían una potencia de alrededor de 30 kw suelen integrarse en la arquitectura de los edificios, tanto para pequeñas comunidades de vecinos como para edificios emblemáticos.
No en vano, los arquitectos más innovadores apuestan por incluirlas en sus proyectos. Una actuación de este tipo podría cubrir las necesidades energéticas diez viviendas medias con dos o tres habitantes.
Las grandes son, generalmente, instalaciones conectadas a red, de superficie más extensa y promovidas, por lo general, por empresas. Pueden obtener una potencia media de 300 kw, lo suficiente para cubrir el consumo energético de un edificio de tipo medio.
Por último, las más llamativas son las centrales fotovoltaicas, que pueden sacar potencias de hasta 3.000 kw. Podrían llegar a cubrir las necesidades de poblaciones pequeñas o urbanizaciones de 500 vecinos.
Pese al auge fotovoltaico, desde el sector provincial se teme la inminente aprobación por parte del Ministerio de Industria del nuevo reglamento que regulará la actividad de instalaciones fotovoltaicas y que afectará a su producción y beneficios.
Y es que el borrador prevé una reducción de las primas por energía generada en un 30% y limitará la instalación de potencia a 300 megavatios al año para toda España.
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