domingo, 14 de octubre de 2007

Las plazas de turismo rural en Menorca crecen a un ritmo 4 veces inferior a la media balear

MAHÓN.- La oferta de turismo rural en Menorca ha crecido un 28% esta década. De las 166 plazas que había en el año 2000 se ha pasado a 212 en la actualidad. No obstante, esta evolución dista mucho de la registrada en el resto del archipiélago.

Según datos de la Conselleria de Turisme del Govern, Ibiza cuenta a día de hoy con 286 plazas de turismo rural tras haber experimentado un aumento del 147% desde el año 2000. La evolución también ha sido muy superior en Mallorca, donde se ha pasado de 1.377 plazas a 2.807 en este periodo, un incremento del 104%.

El último informe sobre el turismo en el medio rural de Baleares compara la normativa que se aplica en cada unas de las islas y constata que el Plan Territorial de Menorca es el más restrictivo a la hora de permitir que las explotaciones agrarias puedan acceder a esta fuente de ingresos complementaria.

En todo el archipiélago se prohíbe construir nuevos edificios en suelo rústico para albergar una actividad de turismo rural y se pone como condición que la casa a reformar sea anterior a 1940. Sin embargo, en Menorca las restricciones van más allá.

Aquí se prohíbe, por ejemplo, cualquier ampliación del edificio para que un hotel rural disponga de los servicios propios de esta actividad. En Ibiza, en cambio, se permite con la condición de mantener la tipología original de la casa y siempre que el total edificado no supere el 2% de la superficie de la parcela con un máximo de 1.500 metros cuadros.

También hay diferencias con Mallorca, donde se permite que un hotel rural construya instalaciones para que los clientes del establecimiento puedan practicar deportes al aire libre. En Mallorca también se permite la oferta complementaria de restauración sin restricciones, mientras que el Plan Territorial de Menorca pone como condición que esté a menos de 300 metros de una vía de la red secundaria.

Otra de las causas que apunta el informe para explicar el menor desarrollo del turismo rural en Menorca es el régimen de posesión de la tierra que, mayoritariamente, es el de aparcería o amitges entre el propietario y el payés.

Asimismo, constata que en Menorca la rentabilidad de las fincas es más elevada y, en consecuencia, hay menos propensión a incorporar actividades paralelas al cultivo de la tierra.

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