PARÍS.- Los partidos proeuropeos
mantendrán la mayoría en la próxima Eurocámara, reforzados por el auge
de liberales y ecologistas, frente a las fuerzas populistas, que
registran sonoras victorias en Francia, Italia y Reino Unido.
El
Partido Popular Europeo (PPE, derecha), que necesitará buscar otros
aliados más allá de los socialdemócratas con quienes ya no logra la
mayoría, no tardó en reivindicar su victoria y la presidencia de la
Comisión Europea, principal cargo en juego.
Ambos partidos, que retroceden a 179 y 150 escaños de un
total de 751, respectivamente, necesitarán otros aliados proeuropeos en
una Eurocámara mucho más fragmentada. Los liberales (107) y los
ecologistas (70) podrían desempeñar este papel clave.
"Una de las
primeras enseñanzas es que la oleada de partidos nacionalistas y
euroescépticos está muy contenida, si dejamos de lado Agrupación
Nacional y La Liga", dijo Eric Maurice, de la fundación Robert
Schuman, en referencia a los partidos ultraderechistas de Francia e
Italia.
Además del fin del bipartidismo en el seno de la UE, las
proyecciones de la Eurocámara muestran que los tres grupos
euroescépticos, ya sean ultraderechistas o conservadores, reunirían en
su conjunto 172 eurodiputados.
El resultado de los euroescépticos,
cuyo peso en el hemiciclo pasa del 20% a casi el 23%, era la principal
incógnita de estos comicios celebrados tras una legislatura marcada por
los coletazos de la crisis de la deuda, la migratoria y el Brexit.
En Francia, la formación
de Marine Le Pen ganó su pulso al presidente europeísta Emmanuel Macron,
mientras que, en Italia, el hombre fuerte del gobierno, el ministro de
Interior, Matteo Salvini, acrecenta su poder.
Sus victorias son
más en clave nacional, como en Reino Unido, donde el Partido del Brexit,
del eurófobo Nigel Farage, domina el escrutinio con un 32% y el Partido
Conservador de la dimisionaria primera ministra Theresa May sería
quinto con un 9,1% de los votos.
"Además de determinar la
composición del próximo Parlamento, los resultados también serán
decisivos para configurar el carácter y el perfil futuros de la Unión
Europea", apuntó Mutjaba Rahman, analista del Eurasia Group.
Contenido
el auge euroescéptico, las miradas los próximos días estarán puestas en
la reunión de los mandatarios de la UE el martes que, en base de los
resultados de los comicios, deberán empezar a discutir sobre quién
sucederá a Jean-Claude Juncker al frente de la Comisión.
El PPE,
que dirige actualmente las principales instituciones, reclamó la
victoria y el puesto para su candidato principal -'Spitzenkandidat', en
jargón europeo-, el alemán Manfred Weber.
Para los
socialdemócratas, que entre sus filas cuentan con la clara victoria del
mandatario español Pedro Sánchez en su país, el PPE "ya no puede
pretender convertirse en el líder natural de la mayoría del Parlamento
Europeo", según su jefe de filas en la Eurocámara, Udo Bullmann.
"El
monopolio del poder está roto", constató por su parte la comisaria
europea de Competencia, Margrethe Vestager, una de los candidatos de los
liberales. "Lo que cuenta es el programa", advirtió el jefe de finales
de los ecologistas en la Eurocámara, Philippe Lamberts.
De la mano de las protestas estudiantiles impulsadas por
la activista sueca Greta Thunberg, la lucha contra el cambio climático
se impuso de hecho en la recta final de una campaña que ha estado
también marcada por los nacionalistas y sus críticas a la política
migratoria de la UE.
Las
elecciones representan de hecho la primera etapa para escoger a quienes
se encargarán de liderar las principales instituciones del bloque el
próximo lustro y cuya designación deberán confirmar los mandatarios
europeos en junio.
A pesar de que no cuenta con mayoría en la
Eurocámara, las fuerzas euroescépticas podrán intentar jugar sus cartas
en esta institución, donde tienen su silla, entre los 28 dirigentes, el
húngaro Viktor Orban o el polaco Mateusz Morawiecki, que se impusieron
en sus países.
La presidencia de la Comisión es la joya de la
corona, aunque el tesoro de altos cargos también cuenta con las
presidencias del Consejo Europeo, Banco Central Europeo (BCE) y
Eurocámara, así como con el liderazgo de la diplomacia de la UE.
De confirmarse las
proyecciones, el PPE y los socialdemócratas están abocados a buscar
pactos con liberales o ecologistas, por lo que el reparto de altos
cargos podría ser más complejo.
Otro de los escollos puede ser la
exigencia de la Eurocámara, que debe validar la designación, de que la
presidencia de la Comisión la ocupe alguno de los candidatos propuestos
por los partidos políticos europeo.
Los mandatarios, que se reunirán el martes en Bruselas,
prefieren en cambio no atarse las manos y contemplar otros candidatos,
lo que podría generar un pulso entre instituciones de la UE.
Las
novenas elecciones a la Eurocámara, a las que estaban llamados más de
420 millones de europeos, se saldaron también con la participación "más
alta en 20 años", en el 50,50%, según el portavoz de la institución,
Jaume Duch.
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