MONTEVIDEO.- Las confesiones de delito del
exmilitar uruguayo José Gavazzo durante la dictadura (1973-1985), que
fueron omitidas por las autoridades, pusieron a tambalear al Gobierno de
Tabaré Vázquez y trajeron como consecuencia una ola de destituciones
que van desde el ministro de Defensa hasta la cúpula del Ejército.
Esta
crisis se da en medio del año electoral y pese a liderar las encuestas
el Frente Amplio, la coalición gobernante de izquierda, podría perder su
primera posición en las elecciones de finales de octubre.
El mes de abril comenzó agitado para el Gobierno, tras
una publicación del diario El Observador el 30 de marzo que sacó a la
luz actas del Tribunal de Honor del Ejército Uruguayo en las que había
confesiones de Gavazzo.
El exmilitar declaró haber arrojado al Río Negro (centro) al tupamaro Roberto Gomensoro en 1973.
Las
confesiones de Gavazzo fueron omitidas por el Tribunal de Honor y no se
llevaron ante la Justicia, por lo que el presidente de Uruguay, Tabaré
Vázquez, pidió la dimisión del ministro de Defensa, Jorge Menéndez -que
será sustituido por José Bayardi- y del viceministro Daniel Montiel.
Además,
destituyó al recién nombrado jefe del Ejército, José González, y al
jefe del Estado Mayor de la Defensa, Alfredo Erramún.
Vázquez
pidió también la aprobación de la Cámara de Senadores para promover el
pase de retiro obligatorio a los generales Claudio Romano, Carlos
Sequeira, Alejandro Salaverry y Gustavo Fajardo.
Todos los militares destituidos integraban el Tribunal de Honor del Ejército Uruguayo.
Si
bien todos coincidieron en que Vázquez estuvo bien en destituir a la
cúpula militar, otros le atribuyeron culpabilidad por no leer los
informes del Tribunal de Honor que el entonces ministro Menéndez le
habría hecho llegar a la Secretaría de Presidencia.
En
su carta de renuncia, Menéndez aseguró que le dio al mandatario
uruguayo el informe completo y le recomendó elevar el tema a la
Justicia.
Sin embargo, desde Presidencia afirmaron que
Vázquez solicitó al Ministerio de Defensa que llevara el informe a la
Justicia y ellos no lo hicieron.
Las diferentes
versiones respecto a estos hechos hicieron que incluso uno de los
senadores del FA, Rafael Michelini, pidiera la destitución del
secretario de Presidencia, Miguel Ángel Toma.
En este
sentido, el politólogo y director de la encuestadora Factum, Óscar
Bottinelli dijo que "a nadie le gusta" que en un año electoral "le
caiga un problema a nivel militar de esta naturaleza".
Sin
embargo, el experto consideró que esta situación no representa una
crisis para el Ejército y, a nivel de Gobierno, definiría esto como "un
sacudón".
"Ha generado un creciente malestar en partes
del oficialismo la remoción del ministro de Defensa está medida que ha
dejado claro, más allá de algunas contradicciones de otras versiones que
han salido de la propia Presidencia, que el ministro hizo absolutamente
todo lo que correspondía", subrayó.
El también
politólogo y periodista Alfonso Lessa, dijo que hay una crisis
militar que "no tiene precedentes" y que el Gobierno quedó "en serios
problemas" ya que Vázquez es "el responsable último" de toda la
situación.
Por su parte, el diplomado avanzado en
Estudios Políticos Francisco Faig, dijo que hay una crisis
política, aunque negó que esto signifique una crisis institucional o
militar.
"Por supuesto que puede haber cierto malestar
pero eso no quiere decir que halla movimientos militares ni una crisis
en la que se ponga en juego la autoridad del Poder Ejecutivo", señaló el
también editorialista del diario local El País.
Según
el experto, hablar de crisis institucional es "un poco exagerado" y
refleja una parte de la izquierda uruguaya que "tiene ese tema (la
dictadura) muy candente" y que sirve para unir a la coalición del FA "en
un momento difícil electoral".
"Lo peor que podemos hacer como país es empezar a discutir de vuelta cuestiones de 1973 a 1985", consideró.
Además,
señaló que Vázquez hizo lo que debía ya que la figura del presidente es
la que debe preservarse mientras que los ministros "son fusibles".
En
medio de todo, el excomandante en jefe del Ejército Guido Manini Ríos
-que fue cesado a principios de marzo por graves cuestionamientos a la
Justicia del país- anunció su candidatura a la Presidencia por el nuevo
partido Cabildo Abierto.
Respecto a ello, Bottinelli
dijo que aún se debe esperar para evaluar si Manini Ríos tendrá un
caudal de votos importantes o quedará en la nada.
Sin
embargo, Faig subrayó que a Manini Ríos se lo debe entender en la lógica
del conjunto de candidatos que cree "que hacer política es fácil" y,
por lo tanto, "nadie se puede tomar en serio" la candidatura del
excomandante.
"Es una candidatura conservadora, al
límite del reaccionario (...) me disgusta muchísimo su posición
ideológica", manifestó y acotó que él pensaba que Manini Ríos "era más
inteligente".
Si bien la crisis parece haberse calmado
después de las decisiones de Vázquez, aún queda un capítulo más este lunes con la asunción de Bayardi en el Consejo de Ministros y
del nuevo comandante en jefe del Ejército, Claudio Feola, en el
Instituto Militar de Estudios Superiores.
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