MADRID.- Francia, Alemania y España están siendo los "grandes
ganadores" del proceso del Brexit, y muy especialmente la ciudad de
París, que se ha convertido ya en la primera plaza financiera europea,
según la directora de Business France para la Península Ibérica,
Géraldine Filippi.
"Ahora, París es la primera plaza
financiera europea y también es la primera plaza de 'start-up' (empresas
emergentes) de Europa: tenemos más 'start-up' que Silicon Valley.
Nadie lo sabe, pero estamos muy orgullosos", asegura Filippi.
Business France (BF) es la agencia oficial del Gobierno
francés, dependiente del Ministerio de Economía, que ayuda a las
empresas francesas en su desarrollo internacional y a los exportadores e
inversores extranjeros interesados en Francia.
Filippi explica que el temor a que el Reino Unido pueda llegar a cambiar
su marco reglamentario cuando se consume su salida de la Unión Europea
ha tenido ya un impacto psicológico en los inversores, y muchos de los
proyectos que se iban a llevar a cabo en ese país se han ido "a Francia y
Alemania, en primer lugar, y a España, la tercera".
"Muchísimos proyectos financieros han elegido París. Ahora, París es la primera plaza financiera europea", comenta satisfecha.
Filippi opina que el Brexit podría haber tenido más consecuencias
positivas para España, de no haber ocurrido la crisis política en
Cataluña.
"La crisis catalana afectó a las
inversiones extranjeras en España, porque muchas de las empresas que
miraban a Barcelona empezaron a pensar que el 'Catexit' (una hipotética
secesión de Cataluña de España) podría ser la segunda parte".
"Tomar el riesgo de salir de Inglaterra para entrar en Cataluña y que
les pasara lo mismo... No quisieron repetir dos veces la misma
historia", argumenta la directora de BF para España y Portugal.
Además, cuando se está lejos del escenario de los hechos se tiende a
dramatizar la situación, "un poco como lo que está sucediendo -comenta-
con las protestas de los 'chalecos amarillos'".
A
este respecto, se declara "enfadada con la prensa" por la atención y el
tiempo que sigue prestando a lo que queda de ese movimiento de protesta.
"¿Cómo pueden tener 8.000 personas tanto éxito en la televisión?", se
pregunta, y aclara que no se refiere al principio de la crisis, sino a
lo que queda de ella.
La protesta de los 'chalecos
amarillos' es el resultado de haber tenido que hacer ahora lo que España
hizo durante la crisis, cuando "se reformó muchísimo".
"Francia durante
la crisis no lo hizo, y lo estamos haciendo ahora", explica.
"El presidente (Emmanuel) Macron está siguiendo el calendario sin
cambiar nada, ni una fecha ni una reforma. Ha abierto el debate nacional
para hablar con la gente, pero la reforma sigue en pie".
"Al final", según Filippi, "la gente se dará cuenta de que son reformas útiles. Francia necesitaba reformarse".
Business France asesora en Madrid a unas 250 empresas españolas al año
y, según su directora, "lo que más nos comentan es lo felices que están
porque Francia ha terminado reformándose como ellos lo han hecho antes".
Con la excepción de 2015, en que bajó la inversión española en Francia
después de años de crecimiento impulsado por la crisis y la búsqueda de
mercados exteriores, las empresas españolas vuelven a apostar
decididamente por el país vecino.
"Este año hay el
mismo número de proyectos en Francia, pero crean más empleos, y además
vemos un cambio en el tipo de inversiones: antes teníamos proyectos de
servicios, ahora vemos muchísimos proyectos logísticos, y proyectos de
I+D, que llevan aparejados proyectos industriales".
Francia tiene los incentivos fiscales a la inversión en I+D mejores del
mundo, por encima incluso de Canadá, recalca la directora.
"Para nosotros es fantástico, porque los proyectos en I+D son los que
más nos gustan: en Francia tenemos muchísimos ingenieros y en España
faltan", asegura.
En 2018 el 29% de la inversión
española fue a París, el 20% a la región de Nueva Aquitania, el 16% a
Occitania, y el 13% a Provenza-Alpes-Costa Azul.
A su
vez, en estos últimos años, de Madrid ha provenido entre un 60% y un
70% de la inversión española destinada a Francia, y de Cataluña un 20%,
cuando llegó a representar un 50% hace veinte años.
En Business France han detectado que, cuando un inversor francés llega a
España, lo que más le cuesta es entender que hay reglas distintas en
cada región.
"No significa que haya que centralizar,
pero sí uniformizar. Sería más fácil si la regla fuera la misma o casi
la misma en cada región", comenta la directora de BF.
El empresario francés aprecia, por lo demás, la cercanía del mercado
español, la capacitación de los profesionales -con la excepción de la
llamativa escasez de ingenieros- y ... "la calidad de vida".
España, constata Filippi, "es uno de los países de donde más cuesta irse".
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