BARCELONA.- Un
grupo de activistas catalanes y colombianos han lanzado la campaña
'Tras las Flores' para denunciar las condiciones precarias de trabajo
que sufren las cultivadoras de rosas en Colombia y otros países
latinoamericanos, que surten un 70 % de las rosas que se venderán el Día
de Sant Jordi en Cataluña, España.
La
campaña, que culminará con una mesa redonda el próximo miércoles en la
Casa de la Solidaritat de Barcelona, no sólo denuncia la precariedad
laboral, sino también el impacto medioambiental del sector, sobre todo
en Colombia, el segundo exportador de flores del mundo, después de
Holanda.
Las
zonas de cultivo de flores en Colombia están concentradas en la sabana
de Bogotá, una zona en la periferia de la capital, con más de 6.784
hectáreas sembradas de flores, "aproximadamente la misma extensión que
el municipio de Donostia", según un informe del 2014 del Observatorio de
Multinacionales en América Latina (Omal).
El
65 % de las trabajadoras del sector de la floricultura en el país
latinoamericano son mujeres que sufren "largas jornadas laborales; no
tienen derecho a vacaciones, seguridad social o jubilación y están
expuestas a agrotóxicos que afectan a su salud", ha denunciado Andrea Lara, pseudónimo de una de las activistas colombianas de 'Tras
las flores' que prefiere no revelar su verdadera identidad para no
sufrir represalias.
La
mayoría de estas mujeres son cabezas de familia, mujeres desplazadas de
sus territorios por el conflicto social y armado colombiano, aún activo
en algunas zonas rurales del país, según los activistas, que cuentan
con el apoyo de la asociación catalana Taula per Colòmbia.
Estas
mujeres dependen de este tipo de trabajo, al no tener "altas
cualificaciones y por eso, admiten altos grados de explotación laboral,
para sostener con el salario a sus hijos e hijas ya que es muy difícil
encontrar otro empleo", según Lara.
Andrea
Lara, que también es miembro de la Red Popular de Mujeres de la Sabana
de Bogotá y de la Corporación Cactus, e hija de una trabajadora de las
flores, advierte que en vísperas de Sant Jordi las jornadas se
intensifican y las mujeres trabajan hasta "20 horas al día".
Lara
explica que la recogida de flores es un trabajo "feminizado" en parte
porque los patrones piensan que "las mujeres harán mejor el trabajo por
ser delicadas y más pacientes que los hombres".
Aún
así, destaca que "irónicamente estas mujeres son resilientes y muy
fuertes porque han sobrevivido a un contexto de violencia en las zonas
rurales de Colombia y sacan adelante solas a sus familias".
De
hecho, según un informe de la patronal del sector de las flores en
Colombia, Asocolflores, el sector es "el mayor empleador formal femenino
en el ámbito rural del país".
Según
los impulsores de la campaña, una jornada diaria en temporada baja de
una trabajadora de las flores empieza a las tres de la madrugada, cuando
prepara el desayuno para toda la familia, y a las cinco sube al autobús
de la empresa para dirigirse al cultivo, en el que trabajará hasta las
tres de la tarde.
Por este trabajo, las recolectoras de rosas cobran una media de 616.027 pesos, aproximadamente unos 232 euros al mes.
La
campaña también critica el consumo de agua de la industria, que supera
casi 10 veces el consumo de las poblaciones colindantes; y los
pesticidas, que "intoxican el suelo, las aguas y a las trabajadoras".
Los
mayoristas catalanes prevén vender unos siete millones de rosas el
próximo martes, Diada de Sant Jordi, y la variedad más vendida será la
rosa "Freedom", cortada en Colombia diez días antes de la venta directa
en alguna de las floristerías o paradas de las ciudades catalanas.
El
presidente de la Asociación de Empresarios Mayoristas de Mercabarna
Flor, Miquel Batlle, lamentó el pasado lunes que el cultivo de rosas en
Cataluña esté desapareciendo, ya que solo representa el 3 % del sector
floral.
Con
la campaña "Tras las flores" se pretende sensibilizar y concienciar del
problema de las cultivadoras de flores latinoamericanas, además de
visibilizar la lucha que organizaciones como la asociación colombiana
Cactus y otros sindicatos están haciendo en el país para conseguir los
derechos de las trabajadoras.
"Tras
las flores" cuenta con la colaboración del Observatorio de
Multinacionales en América Latina, el Instituto Hegoa, la corporación
Cactus, la Asociación Herrera y Paz con Dignidad.
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