WASHINGTON.- El
presidente Donald Trump aseguró el sábado que el "cierre" que paraliza
parcialmente el gobierno federal de Estados Unidos desde hace tres
semanas, y que se ha convertido en el más largo de su historia, podría
resolverse "en 15 minutos".
Al
pasar la medianoche (05:00 GMT del sábado), esta parálisis batió el
récord tras superar los 21 días de otro "shutdown" que se dio entre 1995
y 1996 bajo el mandato de Bill Clinton.
El
motivo de la parálisis es la falta de acuerdo entre Trump, que exige
destinar 5.700 millones de dólares para construir un muro en la frontera
con México -una de sus promesas de campaña-, y la oposición demócrata
en el Congreso, que se niega a liberar esos fondos para un fin que
considera "inmoral", caro e ineficaz para combatir la inmigración
ilegal.
El
sábado por la mañana, el mandatario publicó una ráfaga de tuits
pidiendo a la oposición terminar con lo que llamó "una crisis
humanitaria masiva en la frontera sur".
"¡Los
demócratas podrían resolver el cierre en 15 minutos! ¡Llame a su
senador o representante demócrata, dígales que hagan su trabajo!",
escribió.
Y
agregó: "Tenemos una crisis humanitaria masiva en nuestra frontera sur.
Estaremos así mucho tiempo a menos que los demócratas regresen de sus
'vacaciones' y vuelvan al trabajo. ¡Estoy en la Casa Blanca listo para
firmar!"
También
mencionó las críticas en el diario The Washington Post sobre la falta
de una estrategia para reactivar el gobierno. "De hecho, casi no hay
nadie en la Casa Blanca, excepto yo, y tengo un plan para el cierre",
tuiteó.
El
viernes, Trump retrocedió en sus amenazas previas de acabar con el
punto muerto en las negociaciones declarando una emergencia nacional e
intentando procurar fondos saltándose el Congreso, una medida que casi
seguramente hundiría al país en una tormenta política y auguraría una
batalla en las cortes por extralimitación de los poderes presidenciales.
"La
solución fácil para mí es declarar una emergencia nacional... (pero) no
lo voy a hacer tan rápido porque le corresponde hacerlo al Congreso",
dijo entonces a periodistas.
El
Congreso, por su parte, añadió más leña y aplazó, como mínimo hasta el
lunes, una sesión prevista para el viernes en la tarde.
Por
lo que los cerca de 800.000 funcionarios federales estadounidenses
afectados por el cierre gubernamental -desde agentes del FBI, a
controladores aéreos y trabajadores en museos- no recibieron por primera
vez sus salarios el viernes. La mayoría de ellos cobra cada quincena, y
recibió su última paga a finales de diciembre.
La
Cámara de Representantes aprobó el viernes una ley, ya validada por el
Senado, para garantizar que los funcionarios cobren con carácter
retroactivo el salario una vez termine el "shutdown". Ahora le
corresponde al presidente promulgarla.
Este
tipo de medidas son normales cuando el país sufre un cierre
gubernamental, pero no beneficia a los millones de trabajadores por
contrato también afectados.
El
"shutdown" altera el funcionamiento de varios departamentos esenciales,
como los de Seguridad Nacional (DHS), Justicia y Transporte. "Más de
200.000 empleados del DHS -encargados de proteger nuestro espacio aéreo,
nuestras vías fluviales y nuestras fronteras- no recibirán su sueldo
mientras trabajan", denunció Bennie Thompson, presidente demócrata de la
comisión para la Seguridad Nacional de la Cámara de Representantes.
Los
principales sindicatos del transporte aéreo, entre ellos los de
pilotos, tripulación y controladores aéreos, denunciaron el jueves que
la situación empeora, y advirtieron del riesgo que esto tiene para la
seguridad del país.
De hecho, una terminal del aeropuerto de Miami cerrará intermitentemente del sábado al lunes por falta de personal.
Alrededor
de 2.000 funcionarios se manifestaron el jueves en Washington para
expresar su inquietud por el deterioro de sus condiciones de vida.
"Tenemos
facturas por pagar. Tenemos que pagar nuestras hipotecas", se quejó Anthony, un trabajador público de la Guardia Costera.
"Siempre
he tenido el salario más alto en el hogar y los tiempos son difíciles
ahora que el dinero no llega. Afortunadamente, tenemos algunos ahorros
para vivir, pero no durarán mucho", explicó. Los funcionarios fuimos
"tomados como rehenes" por el presidente republicano, añadió.
A
lo largo del país se organizan iniciativas privadas y públicas, como
comidas gratuitas o ferias de empleo para funcionarios técnicamente
desempleados.
Según
publicaron varios medios estadounidenses, la Casa Blanca sopesa la
posibilidad de desviar los fondos de ayuda de emergencia para áreas
devastadas por desastres naturales, como Puerto Rico, para financiar la
construcción del muro fronterizo.
Ante estos reportes, el gobernador de Puerto Rico, Ricardo Roselló, pidió a Trump no seguir ese camino.
"Ningún
muro debe financiarse con el dolor y el sufrimiento de los ciudadanos
de Estados Unidos que han sufrido tragedia y pérdida debido al paso de
un desastre natural", declaró Roselló el viernes.
Esto
incluye, según Roselló, a estadounidenses en California, Texas, Puerto
Rico, las Islas Vírgenes. "Hoy somos nosotros, mañana podrían ser
ustedes", aseguró.
En
septiembre de 2017, el huracán María devastó Puerto Rico, dejando unos
3.000 muertos, multimillonarios daños materiales y el sistema eléctrico
de la isla sin funcionar por varios meses.
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