SAN FRANCISCO.- La
congregación anual de las élites globales, el Foro Económico Mundial,
comienza mañana en Davos, Suiza. El secretario del Tesoro de Estados
Unidos, Steve Mnuchin, y otros funcionarios del país no asistirán a la
conferencia, debido al cierre del gobierno estadounidense.
Pero
estrellas del mundo tecnológico como Sheryl Sandberg de Facebook Inc.,
Dara Khosrowshahi de Uber Technologies Inc. y Marc Benioff de
Salesforce.com Inc. estarán allí. Y estarán en el centro de la
conversación, pero tal vez no en la forma en que podría esperarse.
En
el foro del año pasado en los Alpes suizos, los líderes tecnológicos
estaban comenzando su gira de arrepentimiento y obtenían una recepción
cautelosa.
“Los gobiernos, los líderes empresariales y el público en
general están empezando a ver el poder y la influencia de Silicon Valley
con precaución y suspicacia", escribimos en ese momento.
En un discurso
en la conferencia, George Soros comparó las principales plataformas de
Internet con las compañías de juegos de azar y las acusó de "fomentar
deliberadamente la adicción a los servicios que brindan".
Esos
comentarios, más tarde, provocaron que Sandberg iniciara una
investigación controversial sobre si el famoso financiero estaba tomando
una posición en el mercado frente a la red social.
Pero
este año los problemas tecnológicos serán eclipsados por los del mundo.
Líderes políticos y empresariales se reunirán a la sombra del creciente
nacionalismo, el estancamiento político en EE.UU. y el Reino Unido y la
fractura de viejos acuerdos comerciales internacionales.
Esas
fuerzas han creado un nuevo entorno empresarial desordenado por el que
las empresas de tecnología están navegando primero.
"La fase de
globalización ha terminado, al menos por lo que sabemos", aseguró la
semana pasada el director de Microsoft, Satya Nadella, otro delegado en
Davos, en una reunión con periodistas en el campus de Redmond,
Washington, de Microsoft Corp.
"Este nacionalismo económico, o como
quiera llamarlo, no es una fase transitoria", dijo. "Está hecho."
Nadella
habló en el tono disciplinado que podemos esperar escuchar de muchos
jefes de tecnología esta semana en Davos. Dijo que las empresas de
tecnología deben abandonar la mentalidad colonial de operar en una
región, obtener ganancias y no dar nada a cambio. Una empresa como
Microsoft será rechazada "a menos que [realmente] estemos agregando
superávit económico en cualquier país [en el que] operemos".
Como
en consonancia con esa idea, Microsoft comprometió 500 millones de dólares para
viviendas asequibles en el área de Seattle. Como señaló The Upshot , la
empresa privada está interviniendo para realizar una función (y "ayudar
a solucionar una falla del mercado") que anteriormente era
responsabilidad del gobierno. No está claro cuáles serán las
consecuencias de ese acuerdo.
Pero
esa es la nueva realidad que podemos esperar ver en Davos esta semana,
en medio de toda esta disfunción nacional e internacional. El año pasado
fue el momento adecuado para responsabilizar a los líderes del mundo
tecnológico por sus faltas. Ahora, podríamos necesitarlos para ayudarnos
a arreglar el nuestro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario