WASHINGTON.- El presidente de EE.UU., Donald
Trump, viaja hoy a Florida para pasar el fin de semana en su hotel
Mar-a-Lago, conocido como la "Casa Blanca de invierno", después de una
nueva agitada jornada en la que comenzó la marcha atrás de la reforma
financiera de 2010 y se impusieron sanciones económicas a Irán.
Con dos nuevas órdenes ejecutivas, Trump dio formalmente inicio al
proceso de revocación de la reforma financiera aprobada en 2010 por su
predecesor Barack Obama, conocida como Ley Dodd-Frank, con la que se
buscaba aumentar la regulación y supervisión del sistema financiero para
evitar la toma de riesgos que desembocó en la aguda crisis de 2008.
"Hay mucha gente, amigos míos, que tienen buenos
negocios y no pueden pedir dinero prestado debido a las normas y
regulaciones de Dodd-Frank", criticó el mandatario antes de la firma y
rodeado de líderes empresariales con los que se había reunido.
Aunque las medidas adoptadas son en gran medida simbólicas, ya que es
el Congreso el que debe retirar la ley Dodd-Frank, Trump apunta así con
una de sus promesas de campaña.
De manera repetida,
el presidente ha atacado esta reforma financiera porque a su juicio
impone una carga de regulación excesiva sobre los bancos, lo que impide
que el flujo de crédito hacia los consumidores y empresas.
Su portavoz, Sean Spicer, explicó en su rueda de prensa diaria que el
Gobierno de Trump tiene "una necesidad desesperada para reformar" cómo
se enfrenta el país a la regulación financiera.
"La
ley Dodd-Frank es una política desastrosa que está dañando la capacidad
de la economía de crear empleo y crecimiento", agregó.
Paradójicamente, Trump, quien se presentó en la campaña como el
representante de los trabajadores frente al poder establecido, selló
estas órdenes tras un encuentro con algunos de los principales líderes
de Wall Street, como el consejero delegado de JP Morgan, Jamie Dimon, y
el fondo de inversiones Blackstone, Stephen A. Schwarzman.
Trump aprovechó también la salida del dato de la tasa de desempleo del
mes de enero, el primero bajo su presidencia, para anotarse la medalla
de la creación de 227.000 nuevos empleos, aunque él solo tomó posesión
el 20 de enero.
"Hay un gran ánimo en la economía de
EE.UU. ahora mismo", subrayó tras celebrar informe del Departamento de
Trabajo, que situó la tasa de desempleo en el 4,8 %.
"Estamos muy contentos de ello. Creo que es realmente importante.
Estamos haciendo volver empleos. Estamos rebajando los impuestos. Vamos a
librarnos de las regulaciones", agregó.
Previamente,
y poco después de advertir a través de su red social favorita, Twitter,
a Irán de que estaba "jugando con fuego" por sus pruebas con misiles de
largo alcance, el gobierno estadounidense anunciaba una nueva ronda de
sanciones económicas contra "múltiples entidades e individuos"
relacionados con Teherán.
"No se están comportando bien", afirmó Trump sobre el motivo de la aplicación de sanciones a Teherán.
El Tesoro remarcó que estas medidas están al margen del acuerdo nuclear
con Irán y se producen en respuesta al carácter "provocador" de las
acciones iraníes en su programa de misiles balísticos.
De este modo, Trump pone fin a una semana en la que tuvo además que
encarar nuevas polémicas con Australia y México, después de que se
filtrara el inusual lenguaje utilizado en las conversaciones con sus
homólogos, el mexicano Enrique Peña Nieto y el australiano Malcolm
Turnbull.
Esta tarde, sale en avión hacia su primer
fin de semana de descanso en su lujosa residencia de Florida, un cambio
respecto a anteriores presidentes que solían optar por la residencia de
descanso oficial de Camp David, en Maryland.
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