NUEVA YORK.- El presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, ha
asegurado que mantendrá intactas las sanciones contra Rusia, "al menos
por un tiempo", aunque no ha descartado levantarlas si existe una buena
relación entre Washington y Moscú.
En una entrevista concedida al diario estadounidense 'Wall
Street Journal', Trump ha sugerido que podría
levantar sanciones si Rusia colabora en la lucha contra el terrorismo y
otros objetivos importantes para Washington. "Si nos llevamos bien y
Rusia realmente nos ayuda... ¿por qué mantener las sanciones a alguien
si está haciendo cosas realmente buenas?".
Asimismo, el magnate inmobiliario y ex estrella de la
televisión, que asumirá la Presidencia el próximo 20 de enero, ha
afirmado que está preparado para reunirse con el presidente de Rusia,
Vladimir Putin, después de jurar el cargo. "Entiendo que les gustaría
reunirse conmigo y yo estoy absolutamente de acuerdo con eso", ha
afirmado.
Precisamente el portavoz de Trump, Sean Spicer, ha explicado que el general Michael Flynn, quien será asesor de
seguridad nacional, mantuvo con el embajador ruso en Estados Unidos,
Sergei Kisliak, una serie de conversaciones telefónicas el día previo a
que Washington impusiera, a finales de diciembre, una nueva tanda de
sanciones contra Rusia.
Spicer ha explicado las llamadas mantenidas entre ambos,
señalando que se trataba de contactos cuyo objetivo era fijar una fecha
para que Trump y el presidente ruso, Vladimir Putin, se comunicaran por
teléfono una vez que el republicano accediera a la presidencia.
En
declaraciones a varios medios estadounidenses, Spicer ha señalado que
estas llamadas, que no violan ninguna legislación, "se centraron en
temas logísticos para establecer una llamada con el presidente ruso y el
presidente electo después de que fuera investido".
"Sólo intercambiaron
información logística", ha señalado Spicer. "Eso fue todo, simple y
llanamente", ha remachado.
Sin embargo, el Washington Post ha informado de que Rusia
invitó al equipo de Trump a las negociaciones de paz sobre Siria del 23
de enero en Kazajistán, saltándose a la administración saliente de
Barack Obama, durante una de esas llamadas. El Departamento de Estado
indicó que Estados Unidos no había sido invitado formalmente a las
negociaciones en Astaná, organizadas por Moscú, Ankara y Teherán, pero
que, si se diera el caso, aconsejaría a la administración Trump que
acudiera.
Según el Washington Post, el embajador ruso en Washington
había invitado a Estados Unidos a la reunión de Astaná en una
conversación telefónica el 28 de diciembre con el futuro consejero de
seguridad nacional de la Casa Blanca, Michael Flynn. Pero "no se tomó
ninguna decisión" en esa conversación, dijo un responsable del equipo de
transición de Trump, citado por el diario.
Las conversaciones en Astaná se celebrarán el lunes 23 de
enero, primer día oficial de trabajo de la nueva administración Trump,
que tomará el mando de la Casa Blanca en un acto el 20 de enero. Esta
ronda de negociaciones fue anunciada a finales de diciembre, después de
que se asegurara un alto el fuego general en Siria. Por primera vez, no
se organizó con participación de Washington, que había liderado las
iniciativas internacionales para poner fin a la guerra en el país en los
últimos años.
A finales de diciembre, el Gobierno de Estados Unidos
anunció la expulsión de 35 diplomáticos rusos, el cierre de dos
complejos rusos y la ampliación de las sanciones contra individuos y
entidades rusos, en respuesta a la supuesta injerencia del Kremlin en
las elecciones presidenciales para favorecer la victoria de Trump.
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