LONDRES.- Desde las empresas de construcción en España a los operadores del mercado de cobre en el distrito financiero de Londres, la victoria de Donald Trump en
las elecciones presidenciales de Estados Unidos se está sintiendo en
todo el mundo mientras los inversores apuestan por un aumento duradero
de la inflación mundial.
Si Trump cumple con su promesa de dar a
la economía estadounidense una inyección inflacionaria y de crecimiento,
con un paquete multimillonario de recortes de impuestos y gasto en
infraestructuras, el impacto probablemente se sentirá mucho más allá de
las fronteras estadounidenses.
Los analistas de M&G
Investments llegaron incluso a preguntarse esta semana si su victoria
electoral podría haber desencadenado "el fin de la austeridad global".
La
inflación ha caído a mínimos históricos desde la crisis financiera y
gran parte del mundo desarrollado ha estado tratando de evitar la
deflación. Un aumento significativo de la inflación supondría un cambio
radical para los mercados.
La economía de Estados Unidos es la
más grande del mundo, por lo que los movimientos inflacionarios se
sentirán en otros lugares. Los inversores también apuestan a que el
estímulo fiscal estadounidense se replicará en diversos grados en Europa
y Asia, con lo que se ampliará el efecto.
Ahora los inversores
del mercado están intentando seleccionar cuáles serán los principales
beneficiados del aumento de precios, tanto en términos geográficos como
en las diferentes clases de activos y sectores.
Gran parte de su
enfoque se centra en la deuda pública, los metales básicos como el cobre
y el acero, y las empresas relacionadas con los recursos y la
construcción, las áreas más sensibles a los movimientos bruscos en
inflación y gasto en infraestructuras.
"La esencia de la oferta
del señor Trump es la reactivación de la inflación", dijeron el jueves
los equipos de estrategia de asignación de activos y divisas de Nomura,
añadiendo que el aumento de los precios y los tipos de interés en el
mercado en Estados Unidos debían ir acompañados de un aumento del
crecimiento económico real.
A la espera de ver cuál es el
desarrollo de los precios, estos expertos recomiendan comprar el dólar
frente al euro, el yen japonés y el dólar canadiense porque el impulso
inflacionario anticipado podría obligar a la Reserva Federal de Estados
Unidos a elevar los tipos de interés el próximo año más rápido de lo que
se espera actualmente.
DÓLAR Y BONOS
Nomura espera que
el dólar suba a 110 yenes dentro de tres meses desde los 106,75
actuales, y que el euro caiga a 1,05 dólares desde 1,09.
Algo
parecido opina Michael Hasenstab, director de inversiones del fondo
Templeton Global Macro, que se hizo famoso con las apuestas sobre bonos
irlandeses y húngaros, entre otros.
"Seguimos esperando un
aumento de la inflación en Estados Unidos, un aumento de los
rendimientos del Tesoro de Estados Unidos, depreciaciones del yen
japonés y el euro, y apreciaciones de divisas en varios mercados
emergentes", dijo.
Las expectativas de inflación de Estados
Unidos, medidas por los contratos de swaps sobre la inflación a cinco
años, han subido desde la victoria de Trump.
También se han
incrementado los rendimientos del Tesoro estadounidense a largo plazo,
ya que se anticipa que se necesitará una política monetaria más estricta
para enfriar estas presiones inflacionarias, lo que ha llevado los
rendimientos de los títulos a 10 y 30 años a sus niveles más altos desde
enero..
El aumento en el rendimiento a 30 años, en concreto, ha
sido notable. Esta semana subió más de 30 puntos básicos, y va camino de
registrar su mayor aumento semanal desde 2009 y uno de los más grandes
de las tres últimas décadas.
Los movimientos sísmicos no son
exclusivos de los mercados de bonos y de inflación de Estados Unidos.
Los bonos en todo el mundo desarrollado han mostrado una tendencia
alcista ininterrumpida durante 35 años, y algunos analistas dicen que
este año es el punto de inflexión.
CONSTRUCCIÓN Y METALES
Estos
cambios en los mercados mundiales de tipos de interés en respuesta a
las perspectivas cambiantes de la inflación se están reflejando también
en los mercados de materias primas y de renta variable.
Bank of America Merrill Lynch reiteró el jueves su posición de "sobreponderación" para
los sectores europeos de recursos básicos y petroleros, áreas en las que
los inversores aún están "infraponderando".
El cobre subió más
de un 5 por ciento a un máximo de 16 meses de 5,714 dólares por tonelada
el jueves. El níquel también alcanzó su nivel más alto desde julio de
2015 y el zinc subió a un pico de 5 años y medio.
Esto
ya se está notando en sectores relacionados y empresas a través de los
mercados de renta variable globales. Las acciones de la siderúrgica más
grande del mundo, ArcelorMital, subieron más de un 10 por ciento el
jueves.
El sector siderúrgico se encamina en esa dirección, según Barclays,
especialmente si China responde a la prodigalidad de Trump en Estados
Unidos con un estímulo fiscal propio para impulsar la economía nacional.
"El
resultado de las elecciones estadounidenses es una sorpresa positiva
para las acciones siderúrgicas y Trump apunta a impulsar el gasto en
infraestructuras y reforzar el proteccionismo comercial, apoyando más al
sector siderúrgico local", agregó Barclays.
Las acciones del conglomerado español ACS, que realiza negocios en todo el mundo, subieron más de 5 por ciento el miércoles, el mayor aumento desde febrero.
La firma de construcción irlandesa CRH,
que obtiene la mitad de sus ingresos de Estados Unidos, alcanzó un
máximo de nueve años el jueves, a 34,40 euros.
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